Fueron detenidas y así permanecen sin cargos desde mayo.
En dos comunicados por separado, Human Rights Watch, HRW, y Amnistía Internacional, AI, denuncian las torturas a las que están siendo sometidas las mujeres activistas detenidas en Arabia Saudí el pasado mes de mayo. Además, en la prisión de Dhahban, dicen desde Amnistía, tres mujeres han prestado testimonio, revelando que fueron objeto de acoso sexual, tortura y otros tipos de malos tratos.
HRW aseguran que tres mujeres han sufrido electrochoques, latigazos en las muñecas y abrazos y besos forzados.
desde la organización señala que las posturas se produjeron al comienzo de su detención. Señales de estas torturas, como problemas para caminar, temblores de las manos o marcas y arañazos en cara y cuellos aparecieron después de los interrogatorios.
Lynn Maalouf, directora de investigación para Oriente Próximo de Amnistía Internacional, ha destacado que “sólo unas semanas después del despiadado asesinato de Jamal Khashoggi, estas informaciones estremecedoras de tortura, acoso sexual y otras formas de maltrato, de verificarse, exponen indignantes violaciones de los Derechos Humanos adicionales por parte de las autoridades saudíes”.
Así, alerta: “Son directamente responsables del bienestar de estas mujeres y hombres detenidos. No solo se les ha privado de su libertad desde hace meses, simplemente por expresar pacíficamente sus puntos de vista, sino que se les está sometiendo a un horrible sufrimiento físico”.
Por su lado, Michael Page, subdirector para Oriente Próximo de HRW, apunta a que “cualquier brutal tortura de mujeres activistas saudíes mostraría que las autoridades saudíes no tienen límites en su campaña gratuita contra los críticos y los activistas de Derechos Humanos. Cualquier gobierno que tortura a mujeres por reclamar derechos básicos debería enfrentarse a la crítica internacional, no al apoyo sin pestañear de Estados Unidos y Reino Unido”, denuncia.
Por ello, aboga por que “los líderes mundiales deberían pedir a Mohamed bin Salmán que ponga fin a su campaña contra las críticas”. Igualmente, opina que “otros países deberían dejar de armar a Arabia Saudí mientras continúe sus ataques ilegales en Yemen”, frente a los rebeldes huthis.
Maalouf insiste en ello y en que “la comunidad internacional debe adoptar medidas sustanciales para presionar a Arabia Saudí para que ponga en libertad de forma inmediata e incondicional a todos los encarcelados por ejercer pacíficamente sus Derechos Humanos”.
En Arabia Saudi, régimen despótico y medieval que se rige por sus propias leyes, no se respetan los derechos civiles, y los activistas en pro de los derechos civiles son torturados y asesinados como ocurrió con Khashoggi , crítico al régimen de Mohamed bin Salmán, heredero al trono Saudi. Los que torturan y maltratan a las mujeres por sus críticas a este despótico régimen son unos mal nacidos. Y es inconcebible que este régimen esté apoyado por el impresentable Trump y por el Reino Unido a cambio de contratos armamentistas muy suculentos y de intereses propios.