2018 deseos por los que luchar

Carolina Gutiérrez Montero.

Por Carolina Gutiérrez Montero (investigadora biomédica)
Como cada fin de año nos cargamos de promesas y deseos para el año próximo. Intentamos pensar siempre que los 365 días que están por venir serán mejores que los pasados, y que por fin podremos ver el fin de esas injusticias que nos llevan rodeando año tras año y que parecen no acabar nunca.
Mis 2018 deseos no entrarían en este pequeño artículo pero sí que me gustaría destacar aquellos que considero más relevantes para una sociedad justa, igualitaria e inclusiva como debería ser la nuestra.
Para conseguir una sociedad como esta debemos defender unos servicios públicos y de calidad que aseguren que viva uno donde viva tenga garantizado el acceso a los mismos.
Quiero reivindicar el trabajo que llevan haciendo las mareas, especialmente la Marea Blanca que cada tercer domingo de mes se moviliza en Madrid por la defensa de una sanidad por y para todos. Una sanidad que debe salvaguardar nuestras vidas. En la que toda inversión debe tener un fin justo: ¿cuánto vale una vida?
La educación es uno de los pilares fundamentales en los que se sustenta una sociedad: el conocimiento nos hace libres, nos permite pensar y tomar decisiones. Esas que muchos prefieren que ocultemos y no manifestemos no vaya a ser que les quitemos la razón.
No debemos permitir que ningún menor esté sin escolarizar ni que ningún joven se quede sin una formación superior por no poder acceder al pago de las matrículas universitarias. Que no tengamos que ver que estudiar es una cosa de ricos, de señoritos. Poder estudiar es un derecho que tiene que estar al alcance de todos.
El derecho a una vivienda, como derecho fundamental, no puede ser vulnerado. No se pueden permitir más desahucios, más intromisión de fondos buitres, que como carroñeros van en busca de los más débiles… Se tendrán que desarrollar más planes de acceso a viviendas para personas con bajo poder adquisitivo, jóvenes, desempleados…
El desempleo en nuestro país constituye uno de los principales problemas a los que hacer frente. Familias enteras están afectadas por el mismo y han visto cómo de la noche a la mañana su vida se ha desmoronado: sin dinero para pagar hipotecas, pidiendo ayuda a familiares, acudiendo a comedores sociales…
Mucho se crece el gobierno hablando de los puestos de trabajo que ha venido creando en estos últimos años. Pero nos han hecho el dos por uno: de un trabajo han sacado dos, con las mismas horas y la mitad de sueldo. Que se lo digan a todas las familias que con esos míseros sueldos no llegan a fin de mes. A esos niños que solo hacen las comidas que les dan en el colegio (por eso es tan importante que permanezcan abiertos los colegios en los periodos vacacionales!). A esas familias que tienen que acudir a centros sociales para conseguir los productos más básicos: pañales, leche, galletas…
En España hay cerca de 13 millones de personas (28%) que viven en riesgo de pobreza o exclusión social: sin empleo, con severas carencias materiales…
Al finalizar el año los empleados públicos y los pensionistas han perdido poder adquisitivo. Pero esta es la mejora laboral y salarial que pregona nuestro gobierno y de las que se siente orgulloso.
Desempleados, trabajos miserables y poco remunerados y como consecuencia de esto la emigración en busca de trabajo. Jóvenes y no tan jóvenes altamente formados que buscan en otros países lo que no puede ofrecerles el nuestro. Es curioso y paradigmático que después de haber realizado una inversión con dinero público en la formación de todos ellos, dejemos que se “escapen” a otros países a aplicar su formación.
No me puedo olvidar de la violencia machista que nos ha hecho acabar el año con la tragedia de 47 mujeres asesinadas a manos de sus parejas. No es justo, las mujeres no nos merecemos esto, estas 46 mujeres no se merecían la muerte… Nos merecemos un país donde se proteja a las víctimas, y se juzgue a los culpables. Donde existan medidas de protección para las mujeres amenazadas por sus parejas, que puedan salir a la calle sin el miedo de sentir en la nuca el aliento de ese asesino que quiere acabar con sus vidas.
En algo estamos fallando todos: políticos, sociedad…pero sólo ellas están perdiendo.
Me gustaría también como mujer una sociedad más igualitaria y paritaria en todo de lo que ella se desprenda. Donde tengamos las mismas obligaciones que los hombres pero en la que también gocemos de los mismos derechos. Donde estemos en la base pero también en el pico de la pirámide. Donde nuestras opiniones sean tomadas en cuenta.
En definitiva mis 2018 deseos se reducirían a la protección de todos los ciudadanos bajo el paraguas de una sociedad justa: educación, sanidad, empleo, vivienda e igualdad para todos.
Que los Reyes Magos no tengan que leer la carta de ningún niño ni adulto pidiendo comida ni mantas para protegerse del frío. Que todas estén cargadas de la ilusión e inocencia de los niños que por un día quieren creer que todo en la vida es mágico.
Alguno de mis 2018 deseos, más personales, los pedí a los Reyes Magos en la carta de este año. Por un día yo también quiero creer que la magia existe. ¡FELIZ 2018 deseos por los que luchar!

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