Vox cumple su amenaza e impide gobernar a la derecha en Murcia

Vox cumple su amenaza e impide gobernar a la derecha en Murcia

Sin gobierno en Murcia. Vox ha cumplido su amenaza y ha impedido que Fernando López Miras sea revalidado como presidente de la región. Le bastaba con dos abstenciones y la formación de Santiago Abascal tiene cuatro diputados. Como hiciera en la primera vuelta, votó en contra y lanza un aviso a navegantes: en Madrid puede pasar lo mismo.

Vox y Ciudadanos se han enfadado. “Hoy vamos a salir de aquí sin Gobierno”, había advertido Juan José Liarte, portavoz del partido de ultraderecha en la Asamblea murciana. Quitándose la presión de encima, el “obstáculo” no era los diputados de Ciudadanos, sino la dirección nacional del partido naranja, el “eje París-Madrid”, sin olvidar que un día antes había tildado a Albert Rivera de “lameculos” de Emmanuel Macron, presidente francés.

“Volvemos a la casilla salida y todas las opciones están abiertas”, ha dicho Isabel Franco, líder de Ciudadanos en Murcia, después de fracasar la votación, añadiendo que el PP sigue siendo su “socio preferente”.

El partido de López Miras urge por una segunda sesión de investidura a la mayor brevedad posible y Vox no cierra la puerta a alcanzar un acuerdo. El candidato popular tendrá que hacer encaje de bolillos si quiere tener éxito en el segundo intento.

Las negociaciones habían empezado ya torcidas, a pesar de lo madrugadores que fueron los encargados de lidiar con la situación. Teodoro García Egea, secretario general del PP, había viajado hasta Murcia el día anterior con la pretensión de alcanzar un acuerdo in extremis con Vox y Ciudadanos. Los ultraderechistas habían rebajado sus expectativas y exigencias pero seguían empeñados en que el partido naranja se sentara a negociar directamente con ellos.

En la mañana de ayer, el primer escollo parecía salvado. Después de casi cinco horas, a poco de la segunda votación en la que sólo era necesaria la mayoría simple, todo dependía de que el partido de Abascal se abstuviera. El obstáculo, que los naranjas negaron repetidamente que la reunión a tres que había mantenido durante la mañana y parte de la tarde había sido una negociación. Tremendo rebote.

José Manuel Villegas, secretario general de Ciudadanos, declaraba en Madrid: “No hay una negociación. Hay una explicación de por qué ese acuerdo de gobierno [el ya firmado entre el PP y Ciudadanos] es bueno para los murcianos y por qué Vox debería dejar de bloquear la situación y dejar de hacer el juego al PSOE”. Juan Carlos Girauta, diputado naranja, insistía: “Será un café. Lea mis labios. Ciudadanos no negocia acuerdos programáticos con Vox”, marcaba desde la línea de 3,25.

Bastaron estas declaraciones para que Iván Espinosa de los Monteros, portavoz del partido de ultraderecha en el Congreso, ordenara al negociador de su formación levantarse de la mesa. Y advirtieron: votarían en contra. Lo han cumplido. Estaban muy enfadados.

Antes, la formación de Rivera había dado su visto bueno al documento de diez puntos firmado entre los de Pablo Casado y los de Abascal: “Eran diez puntos muy genéricos que no alteraban nuestro acuerdo con el PP. Todos pensábamos que así quedaba todo apañado y Vox iba a abstenerse”, señalan fuentes del partido naranja. “Para nuestra sorpresa, en la media hora que medió entre la última reunión y la votación de investidura, Vox ha cambiado de criterio. Estamos perplejos”, añaden. ¿Sorpresa?

En dicho documento quedaban reflejadas las demandas de Vox: “promover la libertad de elección de centro” educativo; “impulsar medidas para garantizar que ningún menor de edad participe en actividad pública alguna sin el consentimiento manifiesto de los padres”; revisar las subvenciones públicas a las que la formación de Abascal llama “actividades relacionadas con el adoctrinamiento ideológico”; “el apoyo a nuestra cultura y nuestras tradiciones”; reducir la administración, bajar impuestos a familias y empresas, impulsar el “apoyo a la maternidad y el fomento de la natalidad”; promover un “pacto nacional del agua”; hacer cumplir la ley de extranjería y “revisar la política de creación de centros para albergar a inmigrantes menores no acompañados”.

A juicio del PP, la actitud de la formación de ultraderecha es “incomprensible”. García Egea manifestó que “Vox ha dado un espectáculo dantesco. Se ha convertido en la ultraderechita cobarde”. Y añadió: “¿Con una llamada en Madrid se levantan? ¿Para esto quería Vox hablar con nosotros durante cinco horas?”. ¿Sorpresa?

En dos meses, si no hay acuerdo, se convocarán elecciones. El PSOE, por su parte, ganador de los comicios del 26 de mayo con 17 diputados, ha pedido a Alberto Castillo, de Ciudadanos, presidente de la Asamblea de Murcia, que inicie a la mayor brevedad posible una nueva ronda de consultas para celebrar otro debate de investidura. Su candidato, Diego Conesa, ha insistido en su “ofrecimiento franco y sincero” a la formación naranja para formar gobierno y evitar, así, un nuevo “paripé”. Ciudadanos no se opone a pactar con los socialistas allí donde no sea posible un acuerdo con los populares. ¿Sorpresa?

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