No disponen de comida para los tres días de viaje hasta Valencia.
El buque de salvamento de Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterranée Aquarius será cogido en el puerto de Valencia después de que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, diera instrucciones en ese sentido. Sin embargo, al cierre de estas líneas, nadie ha comunicado al capitán del barco y a las ONG su nuevo destino.
La embarcación continuaba parada al cierre de estas líneas en alta mar. Según los cálculos, los responsables del navío no dispondrían de comida para los tres días necesarios para cubrir las 700 millas náuticas, por lo que sería necesario recoger suministros en otro puerto.
Esta situación viene provocada porque Matteo Salvini, vice primer ministro y ministro del Interior de Italia, líder de la ultraderechista La Liga, ordenara el cierre de los puertos del país transalpino a este buque, y porque Joseph Muscat, primer ministro de Malta, también negara la acogida a esta embarcación con más de 600 migrantes y refugiados rescatados en el Mediterráneo.
Evitar una catástrofe humanitaria
En una nota difundida por Presidencia, Sánchez ha asegurado que “es nuestra obligación ayudar a evitar una catástrofe humanitaria y ofrecer un puerto seguro a estas personas, cumpliendo, de esta manera, con las obligaciones del Derecho Internacional”. Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, antes de darse a conocer el comunicado de Presidencia, había asegurado que el Gobierno de España había ofrecido a la ONU Valencia como “puerto seguro”.
El Centro de Coordinación Marítima de Roma es quien dirige los rescates en esta zona del Mediterráneo y quien debe comunicar al capitán del navío en qué puerto puede desembarcar a los migrantes, aseguran los responsables de las ONG que se encuentran a bordo de la embarcación, según las normas de la mar.
En España, no se han hecho esperar las reacciones y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y Joan Ribó, alcalde de Valencia, se ofrecieron a lo largo de ayer a acoger a los 629 inmigrantes: “Ante todo hay que salvar vidas humanas”, dijo Colau. Íñigo Urkullu, lehendakari vasco, también ha mostrado su disposición a acoger a unas 60 personas “por dignidad humana y respeto a los derechos humanos”.
Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, ha ofrecido al Gobierno prestar “servicios y recursos de acogida”, mientras Francina Armengol, presidenta de Baleares, se ha mostrado dispuesta a que las islas acojan a una parte de los refugiados por “solidaridad y compromiso”.
Respuesta coordinada
Josep Borrell, ministro de Exteriores, ha recalcado la necesidad de una respuesta común y coordinada de la Unión Europea. La decisión del Gobierno de acoger al Aquarius en Valencia es un “acto simbólico, efectivo, que pretende poner de relieve frente al próximo Consejo Europeo la necesidad de que, de una vez por todas, nos enfrentemos de una forma común y coordinada a un problema que es de todos”. “Con esa decisión, el Gobierno español, y en particular el presidente, ha roto una actitud un poco de mirar para otro lado” sentenció.
Los partidos políticos también se han hecho oír. Unos con un discurso y otro con otro bien distinto. Así, Alberto Fernández, presidente del PP en Barcelona, ha criticado la propuesta de la alcaldesa porque puede producir un “efecto llamada”. Ha pedido a Colau que deje “de utilizar el dolor ajeno para el uso partidista propio. Primero, desahuciados, luego los refugiados y ahora quiere hacer lo mismo”. Le ha recordado que como alcaldesa no tiene competencias para decidir si el barco amarra en la Ciudad Condal. Además, ha señalado de “la capacidad de acogida en Barcelona es limitada, y además la ciudad tiene sin atender, o con una respuesta deficitaria, a numerosas personas y familias”.
Respuesta de muy diferente signo han aportado otras formaciones políticas, entre ellas PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos. Desde la formación naranja entienden que “un país democrático tiene que hacerse cargo” porque “no podemos dejar morir a cientos de personas en el mar”. Sin embargo, defienden que no se pueden “normalizar las excepciones” y piden una solución común, ante “una crisis europea”, desde las instituciones comunitarias. Entienden que la solución no puede pasar por lo que decida un país unilateralmente porque “dan la razón a los populistas, que quieren ir por su cuenta”.
En Unidos Podemos han mostrado su satisfacción por la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez, aunque han recordado que “queda mucho por hacer”. Por su parte, desde el PSOE, Pilar Cancela, secretaria de Política Migratoria de los socialistas, a través de una nota de prensa, ha felicitado al Gobierno por su decisión de apoyar la acogida de los más de 600 refugiados rescatados por el buque Aquarius en aguas del Mediterráneo. “Desde el PSOE nos sentimos muy orgullosos de que el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez haya mostrado sensibilidad, compromiso y decisión para dar salida a una situación de emergencia humanitaria”, dice Cancela.
A su vez, ha felicitado a Ximo Puig y al resto de instituciones que han facilitado esta acogida, dice la nota. Para la dirigente socialista el hecho de que gobiernos autonómicos y municipales se hayan ofrecido rápidamente a dar acogida a los rescatados por el Aquarius, demuestra que este tipo de decisiones políticas están en plena sintonía con el sentir de una ciudadanía solidaria como es la española, algo que nunca entendió el gobierno de Rajoy, que siempre miró para otro lado ante el drama de los refugiados”.