‘Iglesia por el Trabajo Decente’ denuncia el mercado laboral español

‘Iglesia por el Trabajo Decente' denuncia el mercado laboral español

Lo califican de “injusto”.
La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, ITD, promovida por varias entidades de carácter social y religioso, han denunciado, en un manifiesto publicado con motivo del 1 de mayo, un “injusto marco laboral y social” en España y reclaman un trabajo digno garantizado, el acceso a los derechos a la sanidad, vivienda y protección social, la igualdad de oportunidades y la conciliación entre vida laboral y familiar. Además, han anunciado que convocarán “misas en acción de gracias por el don del trabajo humano y como signo de solidaridad con quienes sufren la deshumanización del trabajo”. Para las entidades promotoras de esta iniciativa la sociedad está configurada para que “el trabajo no es un bien para la vida, sino un instrumento al servicio del capital por encima de la persona” y en la que “la deshumanización del trabajo sitúa a la persona en una peligrosa situación de vulnerabilidad y exclusión social”.
La pobreza laboral afecta a casi 13 millones de personas, en 2014 los trabajadores pobres de 18 a 24 años alcanzaban el 21%, frente al 7% de 2007, y alrededor de 4,7 millones de pensionistas viven bajo el umbral de la pobreza. Y es que la situación laboral de muchos trabajadores es escalofriante, como la de un repartidor a domicilio que tuvo que darse de alta como autónomo y pagar a la empresa 100 euros de fianza por el material antes de comenzar a trabajar: “Para la empresa no somos trabajadores, si no colaboradores. Te asignan las horas de trabajo a la semana que les convenga, nunca lo sabes y nunca las que quieres trabajar. El salario era de 8,50 euros la hora para las motos y para las bicis, 8 euros, incluido el IVA”, por lo que, al final, recibía un salario neto de 5 euros por hora.
Por todo ello, las organizaciones de esta iniciativa piden situar a la persona en el centro de la vida política, de las relaciones laborales y del trabajo, que se proteja el derecho al trabajo decente que haga que permita un desarrollo integral de la persona y donde el trabajo sea generador de dignidad para la vida. Reclaman que tener o no un trabajo sea condición para el acceso a los derechos de una vida digna -sanidad, vivienda, educación y protección social-, a la vez de exigir igualdad de oportunidades y trato para hombres y mujeres, y que el trabajo permita desarrollar la vocación de cada uno, de forma que sea una aportación a la “construcción de las sociedades desde el bien común”, con una conciliación “real” entre el trabajo y la familia. Asimismo, piden que se pongan “en valor aquellos trabajos de cuidados que posibilitan y sostienen la vida”, garantizando unas condiciones de seguridad y salud en el empleo que no atenten contra la integridad física y psíquica del trabajador. Por último, proponen que haya libertad en la empresa para que los trabajadores puedan expresarse y ejercer el derecho de organización colectiva para participar en las decisiones que les afectan.

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