La selección femenina de fútbol hace historia

La selección femenina de fútbol hace historia

Venían avisando. Si ya era histórico que la selección femenina de fútbol se clasificara para las semifinales de un Mundial, lo es más que se metan en la final.

Han tenido que pasar 13 años para que un combinado español diera una alegría de este calibre al deporte en España.

Cuando todo parecía que acabaría en la prórroga ante una Suecia incombustible, Olga Carmona, a la salida de un corner, anotaba el 2-1 que mete a la selección femenina en la gran final del 20 de agosto.

Un zurdazo que puso el cuero lejos del alcance de la guardameta sueca Zećira Mušović. Y todo ha sucedido en apenas ocho minutos en el Estadio Eden Park (Auckland, Nueva Zelanda) de este Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

El empate a cero parecía empeñarse en quedarse hasta, incluso, los penaltis, si en la prórroga tampoco ninguno de los combinados rompía la igualada.

Sin embargo, en el minuto 81, Salma Paralluelo adelantaba a España, pero poco duró la esperanza de acabar así el encuentro.

En el 88, Blomqvist anotaba para volver a igualar la contienda con un gol ante el que Cata Coll nada pudo hacer.

Apenas quedaba un minuto y medio cuando Teresa Abelleira botaba un saque de esquina con un pase a casi la frontal del área sueca. Y, si Carmona venía también avisando, ahora concretaba.

Con todo, las de Jorge Vidal tuvieron que sufrir durante los siete minutos que se prolongó la segunda parte, pero supieron hacerlo.

Ahora, la selección femenina de fútbol espera a su rival, el que salga del Australia-Inglaterra que se celebra este miércoles a las 12:00 (hora española).

En todo caso, queda demostrado que el deporte femenino, en muchas disciplinas, está en auge y hay que apoyarlo, rompiendo, así, el techo de cristal.

Si la Absoluta masculina ha dado grandes alegrías, no menos las da la Absoluta femenina. Sí, con mayúsculas, con un saber hacer y con una calidad que nada tiene que envidiar a la selección masculina. Y es que el fútbol en España ha dejado de ser, desde hace tiempo, sólo cosa de hombres.

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