Un indeterminado número de parlamentarios tories se han mostrado partidarios de que Boris Johnson, primer ministro británico, dimita por los ‘viernes del vino’.
Estas fiestas en Downing Street mientras los ciudadanos de Reino Unido debían cumplir un severísimo confinamiento han puesto contra las cuerdas al premier.
Tal es así que destacados miembros del Partido Conservador se han planteado una moción de censura contra Johnson. Es la llamada ‘visita de los hombres de gris’, una ‘invitación’ del núcleo duro de los tories para que renuncie a su cargo.
Tras esta primera ‘embestida’, denuncian que están sufriendo “intimidación” y “presiones” por parte del Gobierno. Así lo ha denunciado el destacado diputado conservador William Wragg.
Él mismo es uno de los que ha pedido al primer ministro británico que dimita. Además, acusa al gabinete del premier de promover “historias vergonzosas” en la prensa acerca de otros parlamentarios que van a unirse a ellos.
A ese respecto, el también presidente del Comité de Administración Pública y Asuntos Constitucionales del Parlamento apunta a que las informaciones “parecen ser chantaje”.
Johnson se defiende de las acusaciones de las acusaciones tories
Asimismo, ha animado a sus compañeros en el Parlamento británico a informar al presidente de la Cámara de los Comunes y a Scotland Yard.
Por su lado, Downing Street se defiende, señalando que las acusaciones de Wragg son “claramente graves”. En un comunicado, apunta que no consta “ninguna evidencia que apoye” las afirmaciones del diputado conservador.
“Si hay alguna evidencia para apoyar estas denuncias las estudiaremos cuidadosamente”, concluyen desde la residencia de Johnson. Entretanto, los seguidores y aliados del premier ven en todo ello un “complot” para destituirlo.
Incluso el propio primer ministro asegura que “no tiene constancia de evidencias” que hagan percibir un chantaje contra esos diputados tories. Al tiempo, aseveró que “por supuesto” se informará de lo sucedido.
Por otra parte, Angela Rayner, ‘segunda’ en el Partido Laborista, considera las denuncias “impactantes”. Entretanto, Ed Davey, líder de los liberal-demócratas ha tildado a Johnson de “actuar más como un jefe de la mafia que como un primer ministro”.
Así, por ahora, son 20, de los 54 necesarios, los parlamentarios conservadores que se han pronunciado a favor de activar el mecanismo para una moción de censura.