De entre los 47.351 presos de las cárceles españolas, al 9,8% se le ha condenado por un delito de violencia de género, según la estadística de Instituciones Penitenciarias sobre 2021.
Dicho delito se consolida, por tanto, como el tercero entre los reclusos en prisiones españolas. Sólo por delante se encuentran los relativos al patrimonio y el orden socioeconómico y los relacionados con la salud pública. Ambos son el 34,6% y el 18,6%, respectivamente.
Así, según este avance, el 92,8% de los presos son hombres, frente al 7,2% de mujeres. Del total, 7.422, el 15,7% son preventivos, esto es diez puntos por debajo de la media europea.
Ya al cierre de 2020 se preveía el avance de los delitos de violencia de género entre la población reclusa. No sólo eso, sino también la gestión de mandamientos judiciales para cumplir penas y medidas alternativas a la prisión.
De hecho, se gestionaron alrededor de 63.000 de este tipo de actuaciones. Tal es así que una gran mayoría fueron condenados a Trabajos en Beneficio de la Comunidad o tienen que someterse a programas de tratamiento. De ese modo pueden evitar entrar en prisión.
Así, más de 23.000 de los sentenciados fueron por delitos de violencia de género. De ellos, más de 6.000 se sometieron al PRIA-MA, vigente desde febrero de 2021. Se trata del Programa específico de intervención para agresores de este tipo de delito.
Por su lado, el segundo delito más habitual con condenas no privativas de libertad en 2020 fue el que va en contra de la seguridad vial. Alrededor de 19.000 condenados por ello.
Asimismo, entre los presos se encuentra un centenar de yihadistas, un número parecido al de los etarras, una vez llevados a cabo los acercamientos a Euskadi.
En concreto, excluidas las cárceles en Cataluña, hay 102 presos de corte yihadista y 107 internos que pertenecieron a la banda terrorista.