Se avecina crisis de gobierno en la Comunidad de Madrid y aumenta la distancia entre las opiniones de Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado. Todo ello, a cuenta de la predisposición del vicepresidente regional a pactar con el PSOE un acuerdo para la reconstrucción después del coronavirus.
Los madrileños “no nos perdonarían, con más de 13.000 muertos, que al menos nos sentáramos a hablar. No renuncio a esa mesa a tres para sentar las bases de una reconstrucción económica y social”, advertía Aguado.
El dirigente de Ciudadanos en Madrid entiende que el pacto es “imprescindible”. “No podemos pretender, después de esta crisis, gobernar contra la mitad de la población”, añade.
Entretanto, Ayuso se niega a “pactar con el desastre” y cada vez se siente más molesta por la presión que su vicepresidente y socio de Gobierno ejerce. Desconfía del portavoz socialista en la Asamblea madrileña, Ángel Gabilondo. Del PSOE dice que en Madrid presenta una cara amable pero que a nivel nacional no contesta a sus cartas ni atiende a sus peticiones.
La crisis de gobierno está servida. Más aún cuando la delegación del Gobierno en Madrid ha abierto una investigación acerca del acto de clausura del hospital de IFEMA. El delegado del Gobierno es José Manuel Franco, secretario general del PSOE madrileño.
La jefa del Ejecutivo regional desconfía abiertamente de las ofertas de los socialistas. Cuando Gabilondo propuso el gran pacto lo dejó claro: buscar “lo que nos une”. “La situación es de emergencia. ¿Qué otra alternativa cabe?”, dijo en la asamblea de Madrid.
Si no hay pacto, la crisis de gobierno es segura
A ellos respondió que estaba completamente en contra y que hablaría con todos, pero sin “vendas ideológicas”. Ahora, dice que “si Ciudadanos quiere pactar con el PSOE, lo respeto. Pero el PSOE en Madrid, a la primera nos intenta llevar a los tribunales por las residencias, politizando el dolor o arremetiendo de esta manera, con esas campañas y ataques constantes”, señaló en una entrevista en Telecinco.
Pero no todos en el Partido Popular coinciden con Ayuso. De hecho, otros presidentes autonómicos están dispuestos a llegar a pactos genéricos. Son los casos de Juan Manuel Moreno en Andalucía y de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, proclives a un “pacto amplio” o una “gran alianza”.
Incluso Isabel Bonig en la Comunidad Valenciana se ha prestado a colaborar con Ximo Puig, el presidente socialista en esa autonomía. Hasta José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid, ha propuesto alcanzar pactos con el resto de las fuerzas políticas para la recuperación de la ciudad.
Y es que no es la primera vez que Ayuso y Aguado muestran sus discrepancias. Cuando este último propuso en un consejo de Gobierno que se solicitara al Ejecutivo nacional permitir la salida de los niños a la calle, no hubo acuerdo.
Ambos se disputaron quién fue el primero en proponer que fuera la Comunidad quien asumiera las cuotas de los autónomos de marzo y abril. Más allá, incluso la presidente regional amenazó con cesar a los consejeros de la formación naranja si se demostraban negligencias.
Su vicepresidente replicó que no podía haber ceses porque no lo permitía el pacto entre ambos partidos. Así, no es extrañar que haya crisis de gobierno.