Como un martillo pilón, el PP insiste en su campaña para que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, dé “un paso al lado” y permita un candidato alternativo socialista a la investidura o que el PSOE se abstenga y se conforme un Ejecutivo de partidos constitucionalistas con Pablo Casado, líder popular, a la cabeza.
Esta vez ha sido el turno de Antonio González Terol, vicesecretario de Política Territorial del PP, en unas declaraciones a los medios en Cádiz antes de su participación en un acto de partido con los afiliados. En ellas ha sostenido que Sánchez tiene una “oportunidad única” para apartarse y dejar que haya otro candidato socialista “del que se fíen sus socios naturales”.
Así, el también ex alcalde de Boadilla del Monte (Madrid) se ha referido expresamente a Podemos, con quien el PSOE “gobierna en muchas comunidades y ayuntamientos”, a ERC, “con quien también gobierna en 47 ayuntamientos de Cataluña” y a Bildu, que ha facilitado la investidura de María Chivite, “en cuyo gobierno han incluido como consejera de Agricultura a una ex diputada de la ilegalizada Herri Batasuna”.
En cualquiera de los casos, el PP, reiteró, no apoyará ni se abstendrá en una sesión de investidura aunque haya un candidato socialista alternativo al jefe del Ejecutivo en funciones. Es decir, o un gobierno popular o nada.
Y así quedó patente al dejar “abierta la puerta” a que Sánchez contemple la posibilidad de un gobierno constitucionalista liderado por Casado, lo que sería posible con la “mera abstención” socialista. Justo lo mismo que el PSOE pide al PP, pero al revés.
Frágil memoria demuestra González Terol al omitir deliberada y sesgadamente que la defensa de la Constitución es una de las premisas que ha defendido el candidato socialista y que fueron el PSOE y Sánchez quienes defendieron junto a los populares la aplicación del 155 en Cataluña.