¿Qué tiene que pasar en este país para proteger a nuestras mujeres del abuso sexual, de la violación o del maltrato? ¿Qué tiene que suceder para que las escuchen, para que las tengan en cuenta, para que las traten con igualdad y justicia?
Cientos de miles de mujeres indignadas están hartas de una justicia ciega, de una legislación incompleta y de decisiones imprudentes. La Audiencia Provincial de Navarra podía haberse ahorrado esta libertad provisional de este grupo de condenados que bien merecen que les caiga encima todo el peso de la justicia.
No entendemos por qué, si hace unos meses su libertad provisional fue denegada, ahora, condenados, se les permite salir de la cárcel. Para mayor abundamiento, si la sentencia está recurrida, merece por lo menos aplicarse al caso un mínimo criterio de prudencia. Y, si cabe, teniendo en cuenta la alarma social que proporciona su libertad provisional y la indignación general que la decisión representa, ponderar cualquier acción antes de ejecutarla.
Mucho nos tememos que el machismo no solamente impera en la legislación y en la decisión, sino que además es empecinado en sus propuestas. Una provocación en toda regla contra el sentido común y a favor de las movilizaciones feministas.