El New York Times se ha hecho eco de una de las causas más relevantes por las que la sanidad pública española ha experimentado una situación de implosión: los recortes sanitarios en aquellas comunidades autónomas gobernadas por el PP.
En un cruel artículo, el New York Times ha dejado clara la vulnerabilidad de la sanidad pública española. Los ciudadanos españoles, señala, creían tener la mejor sanidad pública del mundo y, lejos de ser así, han sufrido en estos días “un despertar doloroso”. En ese sentido deja claro el diario neoyorquino la situación de precariedad y riesgo de nuestros sanitarios durante esta crisis.
El New York Times culpabiliza a “algunas de las decisiones que mermaron la respuesta sanitaria (que) fueron tomadas mucho antes, con las políticas de austeridad impuestas tras la crisis financiera de 2008”.
Efectivamente, como se ha repetido hasta la saciedad, durante los últimos 10 años, los recortes en sanidad pública en las comunidades autónomas gobernadas por el PP fueron de 30.000 millones de euros. Se prescindió, además, de 30.000 profesionales sanitarios.
Este extremo lo niegan sistemáticamente los responsables políticos del Partido Popular -y sus brazos de madera en los medios de comunicación-. Hacen la trampa de sumar las transferencias a la sanidad privada. Porque lo cierto y verdad es que la reducción de financiación de la sanidad pública -motivo del desastre según el NYT-, se desarrolló en un proceso de privatización de la sanidad pública española.
El New York Times sostiene que los recortes llevaron a la desigualdad y a que la pobreza aumentara
El New York Times deja claro que “el país ha estado sometido durante cerca de una década a restricciones presupuestarias fijadas por la Comisión Europea”. Éstas “llevaron a recortar el gasto en educación, asistencia social y sanidad. La desigualdad y la pobreza aumentaron. El número de médicos y camas hospitalarias se redujo, en una decisión que ha resultado letal”.
Incluso el New York Times se hace eco de las manifestaciones que denunciaban los recortes de la derecha y advertían que el desmantelamiento y privatización traerían las consecuencias que han traído. Es lo que en España se ha venido en llamar ‘la marea blanca’.
No deja tampoco en buen lugar al Gobierno de España de quien dice que “le tomó mucho tiempo adoptar una respuesta coherente frente a la pandemia”.
Ni qué decir tiene que, a pesar de los recortes del PP, que se ven hasta en Nueva York, la sanidad pública española es una de las mejores del mundo. Especialmente, si se la compara con la norteamericana. Sus ventajas se han mantenido a duras penas, precisamente, por la carga de trabajo de los profesionales sanitarios. Ellos que trataban de compensar los recortes en la financiación pública y la privatización encubierta. De ahí el crecimiento de las listas de espera o el número de pacientes por consulta.
(Ver artículo del NYT: https://www.nytimes.com/es/2020/04/09/espanol/opinion/espana-coronavirus-hospitales.html)