Es la última ocurrencia de Quim Torra, presidente de la Generalitat, en respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo condenando a los líderes independentistas del procés. La última ocurrencia y bravuconada, porque ni siquiera los consejeros del Govern lo conocían. La bronca con Pere Aragonès, su vicepresidente, después de la sesión plenaria fue de tamaño industrial.
Durante su comparecencia, a petición propia, en el Pleno extraordinario del Parlament de ayer ha instado a los partidos y entidades a trabajar para “concretar las vías para ejercer el derecho a la autodeterminación en el plazo más breve posible”.
Puede que con ello esté comenzando a dar los pasos para traspasar la línea que el Tribunal Constitucional le ha advertido que no cruce. Puede que, acorralado hasta por los suyos, esté tratando de dar un golpe de mano y apuntarse un tanto por lo que pueda venir, que, ignora, no es nada bueno.
Con ello, lo que es obvio es que en nada ayuda al clima de crispación extremo que se vive en Cataluña y vuelve a alentar e ilusionar a miles de catalanes independentistas con algo que, en el marco legislativo actual, es simplemente imposible.
“Todos tenemos que hacer este esfuerzo y asumir este compromiso. Esta legislatura, si todos lo hacemos posible, tenemos que poder finalizarla validando la independencia”, señalaba.
“Si por poner las urnas por la autodeterminación nos condenan a 100 años, la respuesta es clara: Se tendrán que volver a poner las urnas por la autodeterminación”, insistía, en referencia a la sentencia del Supremo, que ha rechazado.
“No aceptamos la sentencia de la ignominia, la rechazamos porque con esta sentencia no se ha condenado solo a nuestros representantes, se ha condenado a la democracia y a más de dos millones de personas”, las que participaron en el referéndum ilegal del 1 de octubre.
Con todo, Torra ha reiterado su voluntad de “diálogo” con el Gobierno en funciones. “Pese a la negativa reiterada del Estado siempre hemos estado dispuestos a dialogar y a hablar de resolver políticamente, apelo de nuevo al presidente Sánchez a encarar el conflicto político como lo hacen las democracias: hablando y dando voz a la ciudadanía”, apuntó.