No había lugar a la sorpresa y, como estaba previsto, Pedro Sánchez, candidato socialista a la investidura, perdió la primera votación con tan sólo 124 votos a favor, los de su grupo y el de José María Mazón, diputado del PRC. Necesitaba los 176 de la mayoría absoluta.
El resto de los parlamentarios votaron no o se abstuvieron: 170 en contra y 52 abstenciones. Los votos negativos correspondieron a los diputados del PP, Ciudadanos, Vox, ERC, Junts per Catalunya, Navarra Suma y Coalición Canaria, además del de Irene Montero. La número dos de Unidas Podemos había solicitado el voto telemático debido a su avanzado embarazo y rompía con el sentido de su votación, de esa manera, la disciplina de voto marcada en su formación, que se abstuvo.
Las posturas de los diferentes grupos no variaban respecto a las inicialmente previstas para esta primera ronda. Prácticamente todos los partidos recriminaron a Sánchez no haberse esforzado en la negociación para lograr convencerles de que respaldaran su investidura. Mañana se repetirá la votación y el candidato socialista será investido si consigue más síes que noes, aunque no hay garantías de ello.
Buena parte de esta primera votación ha girado en torno a los partidos independentistas catalanes. El presidente en funciones reprochaba a Laura Borrás, portavoz de JxCat, que “siempre se olvida de la mitad de los catalanes; usted no reconoce la legitimidad del Estado; usted no reconoce a los partidos que no son nacionalistas; y desde luego no reconoce al PSC”. “Lo que ha pasado en Cataluña, ya le adelanto señora Borrás que no volverá ocurrir”, era el claro mensaje que enviaba al nacionalismo catalán: si necesita aplicar el artículo 155, lo hará con el fin de defender “la soberanía nacional y la integridad territorial”.
Distinto tono ha sido el empleado por y para ERC. Gabriel Rufián, su portavoz, admitía que “no se puede imponer la república ni la autonomía con el 50% en contra, estamos condenados a entendernos”. Recogía, así, el testigo de su antecesor, Joan Tardà. Asimismo, recomendaba a Sánchez y a Pablo Iglesias llegar a un acuerdo.
“¿Por qué es mejor una abstención del PP y Ciudadanos a que el señor Iglesias se siente en un ministerio?”, preguntaba al candidato socialista. “¿Señor Iglesias, por qué es mejor darle una oportunidad a los trillizos a que se siente usted en un ministerio?”, insistía. Reclamaba entenderse antes que “jugar a la ruleta rusa y dar una oportunidad a Casado, Rivera y Abascal para que lleguen a La Moncloa”. En la misma línea se expresaron Joan Baldoví, diputado de Compromís, y Aitor Esteban, portavoz del PNV.
El PNV también se abstuvo, tal y como había anunciado, con “una abstención constructiva”, dispuesto a trabajar durante la legislatura para avanzar en temas nacionales y más concretamente del País Vasco. El mismo sentido del voto tuvo el de Bildu, cuya representante, Mertxe Aizpurúa, manifestó su disconformidad con la marcha de la reforma del Estatuto de Gernika. A pesar de ello, su formación se abstuvo para evitar la llegada de las tres derechas.
Ana Oramas, portavoz de Coalición Canaria, recibió la dura crítica de Sánchez por no apoyarlo. Recordó las inversiones en las islas y que los diputados canarios defienden a su tierra, incluso los propios socialistas. El candidato socialista replicó, tratando de rebajar el tono, con una muestra favorable a negociar si se dan las condiciones.
Tampoco fue agradable el intercambio con Sergio Sayas, representante de UPN, con un diálogo viciado por las negociaciones de María Chivite, candidata socialista a la presidencia de Navarra, que trata de formar gobierno al margen de Navarra Suma, coalición en la que se integran UPN, PP y Ciudadanos.
El tono correcto y distendido habitual con Baldoví fue también protagonista en esta ocasión, aunque afloraron las reivindicaciones pendientes, en especial las económicas. Agradecimientos dirigió Sánchez a Mazón, el único representante del PRC.
El último turno, después del de Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, correspondió al candidato a la investidura, quien recordó la capacidad de llegar a acuerdos en asuntos de Estado. Al PP y a Ciudadanos pidió responsabilidad. A Unidas Podemos, generosidad. Dijo no perder la esperanza: “Quiero gobierno, estabilidad y legislatura”, concluyó.