Uno de ellos está en una colección privada en un pueblo de Álava.
Franco tuvo, además de coches de otras marcas, tres Cadillac Fleetwood Brougham. Uno de ellos, blindado y con asientos de cuero, para las visitas oficiales, se encuentra en el Museo de Salamanca. Hay otros dos, sin blindar y con los asientos de tela, porque al dictador no le gustaba el tacto del cuero, para salir de paseo. De ellos, uno fue subastado en 2008 por 25.000 euros y pertenecía a Talleres Roma 2000, de Barcelona. Es el que compró por encargo a principios de los años 70. Todo es original a excepción de la pintura, porque el anterior dueño lo pintó, aunque solo lo hizo una vez.
El tercero, pertenece a una colección privada de coches antiguos, según asegura Cipriano Ruiz de Loizaga, el dueño del tercer Cadillac, que se lo compró al general Vigón, a quien Franco se lo había regalado, según le habían contado a Cipriano. El vehículo está en perfecto estado, lo reparó él mismo, y lo guarda en una inmensa nave junto a otros 21 coches antiguos, en un pequeño pueblo alavés. Al igual que los otros dos, a excepción del blindaje del primero, tiene inscrito en el número del bastidor las siglas PO (Presidential Order), y cuenta con 7.700 centímetros cúbicos y 370 caballos de potencia.