ERC se abstuvo en la segunda votación de investidura, que, a la postre, resultó fallida. Antes, Gabriel Rufián, portavoz republicano en el Congreso, a cuatro horas de la votación, instaba a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias a cerrar un acuerdo.
“Si no hay acuerdo hoy, significa la muerte política del señor Iglesias y el señor Sánchez, de los dos”, vaticinaba. Les pidió que no fueran “irresponsables” y que se “atornillen” la mesa hasta conseguir un acuerdo. Una convocatoria electoral en noviembre sería una “negligencia”. Les pidió que se dejasen de “ultimátum, amenazas y tweets” y que aprovechen “la eternidad que suponen cuatro horas” para alcanzar un pacto. “Hagan el favor”, rogó.
“Estamos ante una oportunidad no política, sino histórica somos de izquierdas y hemos perdido toda la vida frente a la sonrisa complaciente de la derecha. Eso pasará hoy si no somos capaces de atornillarnos a una mesa de negociación”, advirtió. Por ello, sugirió que Iglesias acepte los ministerios que ha ofrecido el PSOE, entre en el Gobierno y aproveche los cuatro años para demostrar que “son mejores”. A Sánchez, que levante el veto al líder morado, algo que fue “un error”.
ERC ha sido la única formación que ha variado el sentido de su voto. En la primera votación lo hizo en contra de la investidura. En esta ocasión, se abstuvo. Trasladaba, así, toda la presión a Unidas Podemos.