La alarma de la alarma. Enorme preocupación sanitaria provoca la negativa del PP a votar a favor de la ampliación del estado de alarma. También, la decisión de ERC de hacer lo propio. Ambas formaciones han sembrado de preocupación sanitaria a los especialistas, a la comunidad médica y a toda la Sanidad.
Las calles de numerosas ciudades españolas estaban abarrotadas de gente durante el día de ayer. Un número exagerado de personas, más allá de lo razonable, paseaban por las aceras ante la necesidad de salir de casa. Sin embargo, a todas luces parece, según nos narran los especialistas, que esto podrá suponer un rebrote de la enfermedad. De nuevo, un riesgo sanitario para el país.
Frente a ese riesgo, precisamente, las autoridades sanitarias reaccionaron con estupor ante la negativa de los independentistas y de los conservadores de apoyar la ampliación del estado de alarma. Dejan al PSOE completamente solo ante una decisión que es imposible sacar adelante sin el apoyo de alguno de estos grupos.
Una vez más se anteponen los intereses políticos a la estrategia sanitaria de salvar a un país que, evidentemente, está deseando salir a la calle. Pero es también evidente que los riesgos a asumir son elevados en tanto en cuanto todo el mundo haga lo mismo.
Mala es la época en la que los hombres y mujeres públicos intentan ser importantes por delante de ser útiles. Como ha revelado el ministro Illa, en rueda de prensa, es imprescindible alargar el estado de alarma. Un requisito para seguir un proceso que necesita la dirección y el apoyo único de un gobierno nacional coordinando todas las fases de la desescalada.
Y todo ello llega el día en que sabemos que sólo ha habido 394 casos nuevos y que sigue creciendo la cifra de curaciones diarias: 2.441. Tal vez el estado de alarma haya ayudado a hacer bajar los números, ¿no?