Ya sabemos que los más puristas nos van a decir que el fascismo es algo más sofisticado que esta banda de burros que gobierna algunos de los países de Europa. Un grupo de ignorantes que gobierna algunas de las naciones europeas y nos retrotraen a los años treinta de infausto recuerdo.
El Parlamento de Hungría aprueba una norma en la que se persigue a aquellas organizaciones que ayuden a los pobres inmigrantes sin papeles en suelo magiar. Un parlamento que está a la altura de su gobierno, en el basurero de la historia, el lugar que ocuparán los reaccionarios contra los más débiles. El problema pues son los gobiernos insolidarios y la incultura extendida.
El Gobierno de Italia, una ignorante ultraderecha localista, está dispuesto a abandonarles en el mar. Como si el océano cubriera de desmemoria las conciencias de aquellos que no respetan los más mínimos derechos humanos amparándose en las fronteras.
Vuelve el fascismo a Europa. Vuelve a inundar de ignorancia las cámaras de representantes. Vuelve a sostener la barra de la ignominia en las manos de sus gobernantes. Volvemos a la estupidez, a la crueldad, a la reacción.