Sólo un auténtico peonzo tiene ese modo de expresarse y de redondear frases que trata de imitar a personajes como el dirigente coreano Kim Jong-un, secretario general del Partido del Trabajo de Corea del Norte. Así es como el dirigente independentista se dirige al pueblo de Cataluña. La mezcla perfecta entre el esperpento y la comedia.
Un escuchapedos más de derechas que el grifo del agua fría, de esos que anteponen su deber como ejecutivo de las empresas privadas en las que ha trabajado, al interés de lo público, de los trabajadores o, simplemente, de los ciudadanos.
Entre zalandraca y zambullo, Quim Torra es todo un personaje. Esperpéntico, histriónico, ridículo. Desliza xenofobia en su lenguaje y ese aldeanismo característico de los rencorosos o los acomplejados.
Confiamos que no piense lo que dice, que sea un morongón, un falso, y que camine por la senda de unir y no de separar. Confianza que caerá en saco roto a tenor de su tragicómico pasado.