El Gobierno de la Nación desarrolla una estrategia poco adecuada para solucionar el problema del independentismo catalán. Más enfocada a satisfacer a los suyos, se equivoca desde el punto de vista político, internacional y mediático.
Desde el punto de vista político, Mariano Rajoy es el presidente del gobierno con mayor capacidad de quedarse ensimismado de la historia de España. Incapaz de tomar decisiones, de tender puentes, de dialogar o, simplemente, de actuar.
Desde el punto de vista internacional, los apoyos de las naciones a la democracia española se han producido a pesar del Gobierno de la Nación. No ha sabido crear las complicidades necesarias para tomar la iniciativa. Siempre a la defensiva.
Desde el punto de vista mediático no se puede hacer peor. La maquinaria propagandística del independentismo, su impostura victimista, se imponen en un relato que el Ejecutivo no sabe contrarrestar.