En un análisis pormenorizado de la gestión durante estas últimas semanas, el ministro de Comercio, Alberto Garzón, ha señalado que han cometido errores pero que es momento de mirar hacia el futuro.
En una entrevista en RNE, Garzón ha puesto sobre la mesa que el Consejo de Ministros ha hecho “bastantes cosas mal”. Con todo, ha justificado los errores por ser un fenómeno que les ha desbordado y descolocado.
Con absoluta naturalidad, Alberto Garzón ha planteado que hay que “reconocer los fallos que se han cometido y tomar buena nota”. Algunos socialistas ya establecieron la importancia, hace dos semanas en televisión, que reconocer dónde se habían equivocado era y es el mejor camino para poder corregir errores.
Durante esas dos semanas se han producido dos hechos significativos. En primer lugar, el sectarismo y la desvergüenza del gobierno de la Comunidad de Madrid. Ello, en relación a no reconocer los múltiples errores que han cometido durante los últimos años. En especial, en lo relativo al despido de trabajadores sanitarios, al abandono de los recursos de la sanidad pública. Además, a la privatización de la misma y el bloqueo de las residencias de mayores-, todas ellas, competencias de Ayuso.
Por otra parte, también se ha producido un tipo de sectarismo relativo a que algunos socialistas, equivocadamente, han defendido que el Gobierno no ha cometido ni un solo error.
Las palabras de Garzón se entroncan en una suerte de glasnost que ha hecho que el Consejo de Ministros vaya corrigiendo errores. Conforme va pasando el tiempo se dedica más a la lucha contra el nuevo coronavirus, que a la propaganda, como hacen algunos Ejecutivos de Comunidades Autónomas.