A estas alturas de la organización social de la humanidad, pienso que muy pocas personas podrán poner en duda que somos una especie globalizada y que nos encontramos inmersos en uno de los procesos más intensos y determinantes para el futuro de nuestra especie. No ha sido una mariposa la que ha batido sus alas en China, pero a partir de una sola persona contagiada por COVID-19 vemos como está teniendo efectos en todo nuestro planeta. Hace unos años vimos como la ambición de unos ejecutivos bancarios y gestores de fondos de inversión hicieron caer la economía mundial, arrastrando a millones de trabajadores y empresas, que aún muchos no se han recuperado y otros no lo harán jamás.
El mundo no está adaptado a la globalización del mercado, al liberalismo económico que a través de esta globalización busca escapar a la intervención del Estado, puesto que no tenemos un Ente Global que pueda intervenir sobre los riesgos y peligros que implica. Esta crisis mundial, pienso que está demostrando que hace falta más capacidad de coordinación e intervención de los gobiernos y las democracias para poder unificar acciones en un planeta descentralizado políticamente y muy diverso socialmente. Es lamentable como estamos viendo en nuestro país a dirigentes de autonomías gobernadas por el PP, intentar hacer oposición al Gobierno de España y poner en duda las decisiones basadas en las recomendaciones que los técnicos, profesionales y científicos hacen a los gobernantes, que al final son quienes legítima y democráticamente tienen que adoptar las medidas que consideren mejores.
Y usted dirá que también tiene legitimidad estos dirigentes autonómicos, pero la diferencia está en la fuente para la toma de decisiones y en el caso de las autonomías, como Andalucía, son directamente los gobernantes del PP y Ciudadanos quienes alimentan bulos y fakenews para meter más presión si cabe, a quienes en estos momentos tienen el futuro de nuestra nación en sus manos.
Todos podemos opinar y vemos diariamente en las televisiones, como profesionales de diferentes disciplinas dan sus opiniones y como algunos políticos o tertulianos sufren el denominado sesgo retrospectivo, que les lleva a afirmar que “ellos ya lo sabían”. Personalmente me siento indignado con la falta de altura política de algunos gobernantes autonómicos que están demostrando ser burócratas que solamente están en política para ejercer una profesión y carecen de la responsabilidad y honestidad que se le espera a quien dirige la vida colectiva y en sociedad de los demás.