Desde Zarzuela siguen sin definirse acerca de las dos cuestiones que ahora se plantean respecto a Juan Carlos I. A saber, retirarle el título de rey y trasladar su residencia a otro lugar que no sea el palacio donde reside Felipe VI.
Por el momento, todas las instancias del Gobierno derivan la responsabilidad de tomar ese tipo de decisiones al propio Rey actual, por extensión a la Casa Real. Desde Pedro Sánchez, pasando por vicepresidentes, ministros y jefes de los Ejecutivos autonómicos insisten en que es Zarzuela quien debe decidir.
Eso, a pesar de ciertos aparentes balones de oxígeno que lanzan algunos ‘barones’ socialistas, como Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha. Según declaró, no parece lógico que “las instituciones del Estado tengan que quedarse solas defendiéndose a sí mismas en momentos de dificultad”. “Todas las instituciones tienen que participar en la defensa del sistema. Lo contrario nos llevaría a un sálvese quien pueda”, añadía.
Con todo, desde Zarzuela, además de sentir la soledad, también perciben el acoso. Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno, pide un referéndum acerca de la Monarquía. En frente, Pablo Casado, líder del PP y de la oposición, se ve obligado a defender a la Corona y, por extensión, a la institución.
El Tribunal Supremo, recibidas las investigaciones de la Fiscalía General del Estado, se plantea seriamente retirar al rey emérito su título y el tratamiento de Majestad. Pero no es lo único.
El rey emérito podría dejar el complejo de Zarzuela
Con el ánimo de alejar las miradas de la Corona y del propio Felipe VI, el planteamiento también pasa porque Juan Carlos I abandone el complejo de Zarzuela. Para ello, Patrimonio Nacional pondría a disposición del todavía rey emérito algunos edificios para asignarle una nueva residencia.
Sin embargo, este extremo supone serias cuestiones, como el incremento de los gastos en seguridad y en personal que asiste al Monarca. De este modo se azuzaría otro debate que no es baladí: el mantenimiento con gastos públicos.
Entretanto, mientras se dirime uno hipotético cambio de residencia del rey emérito –El Pardo o La Quinta, por ejemplo- algunas voces defienden que Juan Carlos I deje de vivir, de manera definitiva, de los Presupuestos Generales del Estado, con lo que se zanjaría una polémica ya secular.