“Yo estoy con el Gobierno”, por Antonio Miguel Carmona.

Antonio Miguel Carmona.

El 7 de mayo de 1940 hubo un agrio debate en la Cámara de los Comunes sobre la situación de Noruega tras la declaración de guerra de la Gran Bretaña a Alemania consecuencia de la invasión de Polonia.

Un debate que se extendió a una feroz crítica al Gobierno Nacional de Chamberlain por no haber sabido prever y evitar una situación que había abocado a Europa a la gran catástrofe. El líder de la oposición, el laborista Clement Attlee, señaló que “el error de Munich, en el que Chamberlain tiene responsabilidad personal, ha sido de tal magnitud, que bastaría para hacer dudar para siempre de su clarividencia”. El portavoz de los liberales, Archibald Sinclair, apostilló: “¿Por qué nos hemos colocado en una posición en la que hemos tenido que aceptar una derrota?” (Diario de Sesiones de la Cámara de los Comunes, Reino Unido de la Gran Bretaña, mayo de 1940).

Aunque el gobierno de Chamberlain ganó el debate, la animadversión entre conservadores, laboristas y liberales dio lugar a que muchos medios de comunicación vieran en las temibles consecuencias del disenso la necesidad de un gobierno de coalición. La unidad frente a la guerra era el primer paso para una victoria soñada.

La Gran Bretaña se dio cuenta de ello cuando Alemania, tres días más tarde, invadió Holanda. Fue entonces cuando el Parlamento británico propuso un gobierno de coalición presidido por Winston Churchill -que había fracasado como ministro de Hacienda-, entre conservadores, liberales y laboristas. Por ejemplo, de febrero de 1942 a mayo de 1945, el viceprimer ministro de Churchill fue el líder laborista, Clement Attlee, quien le ganó las elecciones terminada la guerra logrando implantar el Estado del Bienestar en Inglaterra (el espíritu del 45).

Yo no soy partidario de un gobierno de coalición entre la derecha y la izquierda en España, pero sí de sembrar cordura, lealtad y cooperación entre todos los partidos políticos y de las instituciones con el fin de lograr vencer a un enemigo invisible: el coronavirus.

El pasado 25 de marzo de 2020 se produjo en el Congreso de los Diputados español, “el Debate de Noruega”. El gobierno recibió por todos lados feroces críticas cuya respuesta trató de estar a la altura de la contundencia de una oposición escasamente leal.

La guinda de la deslealtad institucional la ha puesto la Comunidad de Madrid en la que su presidente, Ayuso, está más pendiente de opositar contra el gobierno en medios, redes y calle. Lo nunca visto entre dos administraciones mientras se nos mueren nuestros mayores en los hospitales, en las residencias y en sus casas.

Trato de ser objetivo. Es verdad que el gobierno ha caído en la escasa pericia, como muchos otros gobiernos occidentales, de no prever lo que estaba sucediendo. Sin ser yo experto en absoluto, comenté en un programa de televisión (´Cuatro al día´ en Cuatro TV), junto al jefe de urgencias de un reconocido hospital madrileño (que me daba la razón) y un exconsejero de Sanidad del gobierno regional, dije, “¿cuál es la diferencia entre el cuerpo de un italiano y el de un español?” Argumenté que lo que le estaba pasando a Italia le acabaría pasando a España. De hecho, en Telecinco le di la razón al Consejero de Justicia de Madrid de que había que cortar las carreteras (haciendo un gesto de tijera con mi mano del que la ultraderecha española manipuló diciendo que yo mandaba en Telecinco para que cortaran la entrevista).

Por su parte, la Comunidad de Madrid ha sido víctima de los gobiernos regionales de la derecha, protagonistas de recortar lso gastos en sanidad pública hasta la náusea. En total, las comunidades autónomas conservadoras recortaron a la sanidad pública durante los últimos diez años 30.000 millones de euros y prescindieron de 30.000 profesionales sanitarios. En un debate en ´La Sexta Noche´ tuve ocasión de referirme a la deslealtad de Ayuso y puse encima de la mesa estas cifras que fueron contestadas por la derecha considerando gasto público la privatización parcial y las transferencias al sector privado de los Presupuestos de la Comunidad de Madrid (alucinante). Dije tanta verdad que me gané una inocente campañita que difundió la derecha contra mí, manipulando, ya no uno, sino dos vídeos. Pobre gente.

El gobierno español –como el francés, el británico, el norteamericano-, pecó de la inocencia de una larga infancia por no prever la agresividad de Hitler, en nuestro caso del virus, y de no haber tenido suficientes reflejos durante los primeros días. Los primeros fallos de nuestro gobierno, que no oculto, ha hecho de que éste tomara buena nota de lo que se hizo mal y lo que se ha hecho bien. Es decir, de corregir lo primero y multiplicar lo segundo. Por eso estoy con el gobierno. Sin dudarlo.

Todavía estamos a tiempo de cooperar entre todos frente al desastre. Ya habrá tiempo de tirarnos los trastos, de asumir responsabilidades, con fin también leal de no volver a carecer de recursos frente a un desastre como éste.

Ahora es tiempo de luchar juntos contra esta peste. ¿Ustedes creen que los españoles que ven a sus mayores morirse solos en las residencias están pensando ahora mismo si el gobierno tenía que haber sido más perspicaz o los gobiernos regionales del PP no haber desprovisto a su sanidad pública de recursos? ¡Están pensando en salvar la vida de los nuestros!

¿Y quiénes son los nuestros en esta crisis sin paliativos? Los blancos y los negros, los ricos y los pobres, los azules y los rojos. Hablo mucho telefónicamente con diputados del PP y del PSOE y a todos les digo que debemos llegar a un acuerdo de no confrontación y suma de esfuerzos. Mientras tanto, Podemos filtraba a los medios, en el mismo momento que Sánchez daba su primera rueda de prensa sobre este asunto, qué ideas habían sido de ellos en el Consejo de Ministros y tildaba de conservadora la posición del PSOE (lo que yo llamo la deslealtad interna que ya advertí).

¿Se imaginan a los soldados de la UME –creada por Zapatero-, discutiendo mientras construyen en tan solo unas horas un hospital en el IFEMA? ¡Qué gran ejemplo! Y les puedo garantizar que en la UME hay de todos los colores.

Por cierto, me parece patético que algunos aprovechen la crisis del coronavirus para atizarle al movimiento feminista por la convocatoria de la manifestación del 8M. Siendo discutible oportunidad de la celebración de esa manifestación (discutible, digo, relativo a discutir), empero, digo… ¿y la convocatoria de VOX en Vistalegre?, ¿y los cientos de partidos de fútbol?, ¿y los cientos de partidos de baloncesto?, ¿y las decenas de espectáculos públicos?

Yo estoy con el gobierno. Por supuesto. Desde la más profunda lealtad. Incluso, personalmente, de amistad y cariño a muchos ministros a los que conozco desde hace treinta años y que en estos momentos están trabajando 24 horas al día. Pero estoy con el gobierno, no porque sean de mi mismo partido, sino porque es la cabeza visible de la lucha contra un virus mortal.

Por eso estoy también con el gobierno regional de Madrid. Y con el gobierno municipal del Ayuntamiento de Madrid, Y con los vocales vecinos de mi distrito. Y con el presidente de mi comunidad.

Venceremos al virus desde la unidad y la lealtad. Desde el compromiso con la gente y no desde el partidismo abyecto en los peores tiempos de nuestra vida. Unos momentos en los que temblamos por nuestros mayores cada vez que les llevamos medicinas y comida a sus casas.

La labor más importante que hago estos días no es la de dar clase a mis alumnos online, ni siquiera la de salir en los medios tratando de animar a la población. Es la de llevar, con salvoconducto, alimentos y medicinas a mayores que viven solos en mi ciudad.

Tras vencer al virus tendremos tiempo de hacer un debate en profundidad. Allí estará permitido todo tipo de espectáculo. Mejor si se aclaran las responsabilidades de los unos y de los otros. Y que luego decida el Congreso o la gente. Cuando toque.

Yo no soy partidario de un gobierno de coalición en España como el de Churchill (1942-1945), sino un gobierno de cooperación unánime frente a una guerra que vamos a ganar. Con el ejemplo de la gente, disciplinada en sus casas y preocupada por sus vidas.

Porque ahora toca defender, apoyar y cooperar lealmente al Presidente del Gobierno, al gobierno en su conjunto, y por lo tanto, a la gente. Sobre todo desde las administraciones regionales y municipales.

Inglaterra ganó la guerra.

3 thoughts on ““Yo estoy con el Gobierno”, por Antonio Miguel Carmona.”

  1. Un médico a Sánchez: “Inútil, los muertos te dan igual; te importa solo el feminismo o colocar a Iglesias en el CNI”
    Por favor, lee esta noticia en Periodista digital.
    Dices que hay que aclarar responsabilidadesa unos y otros
    te pregunto:¿quién son los unos y quién son los otros?

  2. «La Guardia Civil pone firme a Marlaska con una denuncia masiva por homicidio imprudente y desprotección»
    Sigues apoyando también al ineficaz desgobierno de España.
    Te considero un tipo inteligente, culto . Veo que hay que tener muchas tragaderas para soportar a tu jefe. Le tenéis tanto miedo como todos los mayores tenemos al coronavirus.

  3. Criticas en la Guardia Civil a Marlaska por fichar a un exdiputado de Podemos como asesor en pleno estado de alarma

    La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) ha reprochado por carta este sábado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el hecho de que se haya fichado como asesor al exdiputado de Podemos y ex guardia civil Juan Antonio Delgado, que se había quedado fuera del Congreso de los Diputados al perder la formación ‘morada’ un diputado por Cádiz.

    En una carta a la que ha tenido acceso OKDIARIO, desde esta asociación apuntan que en la actual situación de estado de alarma por la pandemia del coronavirus no pueden «entender» cómo en el departamento de Interior han podido «retorcer los procedimientos de gestión de personal para asignar puestos de trabajo de alto nivel a personas que en toda su vida han dado muestras de valía o de capacidad, más bien al contrario».
    El exdiputado de Podemos formará parte de la estructura de la Dirección General Tráfico (DGT), encabezada por Pere Navarro, una vez finalice el estado de alarma. Desde esta asociación critican que «las energías» del ministerio se están orientando «en colocar a personas en puestos que les van grande a la vista de lo conocido».
    Añaden que en momentos «duros» para la gestión, quitar un puesto de trabajo de nivel 30 «que ha de ser para un técnico o funcionario experimentado y cualificado» y acabar transfiriendo ese puesto «sin publicidad ni evaluación objetiva» para que recaiga sobre Delgado «es perder los papeles». Máxime cuando se vive una situación «que requiere que los recursos y energías se dediquen a la resolución del problema vital» al que se enfrenta el Estado.
    En este sentido, inciden en que la decisión de incluir a Delgado como asesor «no ha sido una decisión objetiva ni transparente». Y recuerdan que con este procedimiento se ha recolocado «a un funcionario de nivel 17 en un puesto de trabajo de nivel 30» para el que «a todas luces no presenta mérito alguno ni capacidad técnica ni requisitos académicos suficientes».
    ¡de vergüenza!
    Antonjo Miguel: esto es lo que tú apoyas? Este es el pago por asociarse a Podemos que ostiene cogidos por …y intelectual y profesor de Univesidad colaborando con tus
    asertos a la causa sociocomunista. Sigo sin entenderte.

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