La Unión Europea barajaba lanzar al mercado en el futuro el euro digital. Ahora, como consecuencia de la epidemia de coronavirus, valora adelantar su llegada. La Covid-19 has hecho cambiar muchos ámbitos de nuestra vida, como el uso de dinero físico, a pesar de que no haya evidencia de que haya riesgo de contagio.
Aunque se conocía la idea de lanzar esta moneda virtual, no muchos sabían de su asistencia ni qué es exactamente. Pues bien. Se trata de una moneda virtual emitida por el Banco Central Europeo (BCE) que vendría a ser una alternativa a las criptomonedas. Eso sí, completamente regulada.
Su equivalencia es la del euro físico, pero, como resulta evidente, sólo podrá usarse en entornos digitales. La autoridad monetaria de la UE ya ha anunciado que retirará de la circulación un euro físico por cada euro digital que emita.
Hay que recordar que el dinero en efectivo forma parte de la base monetaria de cada Estado. A su vez, el dinero electrónico, como las tarjetas de crédito o de débito, también se engranan en la oferta monetaria.
Sin embargo, este último, el electrónico, pertenece al ámbito de creación de los bancos comerciales y se basa en el efectivo. Si no hay dinero físico, no hay dinero electrónico.
Euro digital: un dinero que no es moneda
Así, el euro digital será, como el efectivo, dinero puro custodiado por el BCE. Es decir, deja al margen a los bancos comerciales puesto que los ciudadanos podrán abrir cuentas directamente en la autoridad monetaria europea.
El organismo que preside Christine Lagarde tiene intención de que esta moneda virtual vaya popularizándose para hacer pagos pequeños. La obstante, está ideado para cualquier tipo de cantidad. No se diferenciará mucho, por tanto, del dinero físico. Incluso podrá guardarse en una cuenta bancaria normal.
De lo que sí se distingue claramente el euro digital es de las criptomonedas como el bitcoin. El nuevo tipo de moneda europea será oficial en la mayoría de los países europeos y contará con el apoyo de los Estados de la eurozona.
Un respaldo oficial que se diferencia en mucho que las diversas criptomonedas que existen. Éstas tienen el apoyo en el sector privado, empresas o inversores.
La intención del BCE es proteger al euro ante el posible auge de las criptomonedas. Además, la idea no es acabar con el dinero físico, sino que sea un complemento.