“Xiao”, por Antonio Miguel Carmona.

Xiao

‘Xiao’ es una palabra china que no tiene una traducción directa y definitiva al español.

Puede querer decir… amor filial, cuidado de los que queremos, o respeto y responsabilidad sobre aquellos que nos han amado. Se refiere especialmente, es verdad, a la responsabilidad con nuestros mayores.

Una parte de la administración española autonómica abandonó a nuestros abuelos  en las residencias, evitó medicalizarlas, no permitió que muchos de ellos fueran atendidos en nuestros hospitales y se les dejó morir en soledad. Como suena. Tal cual.

Dicen, en algunos casos, que aporreaban las puertas pidiendo auxilio. Los militares que entraron en algunas de las residencias se encontraron muertos en sus camas a quienes se lo debemos todo. Por eso si alguien lee este artículo dentro de un siglo creerá que exagero. O nos imaginará como nosotros imaginamos las escenas de Los miserables de Víctor Hugo. Si lo lee este año de 2020 sabrá que estoy diciendo la verdad. Que el terror que hemos visto durante el confinamiento en relación a las residencias de mayores supera cualquier pesadilla.

Cuando me enseñaron a escribir en chino la palabra ‘xiao’, el signo gráfico que hay que realizar, la caligrafía, dibuja el significante de ‘mayor’ arriba y el de ‘hijo’ abajo. Todo un mensaje.

En mi visita a principios de los noventa advertí cómo los mayores son reverenciados en la República Popular China. Se les adora como resultado de lo que ellos nos han amado. Ellos nos lo dan todo cuando somos sus hijos y nosotros se lo devolvemos cuando se hacen mayores y dependientes.Xiao

Es difícil encontrar en China un atentado mayor, un delito más repugnante, que el que comete quien desprecia a los mayores, abandona a sus ancianos o no atiende a sus padres.

Incluso en China está mal visto mandarles a residencias y no estar con ellos a diario para que escuchen nuestra voz y sepan que estamos ahí como cuando éramos niños. Por eso es importante que en Occidente, en nuestro país, aprendamos a cuidarles desde los servicios sociales, desde el apoyo de la dependencia y, especialmente, desde el calor de la familia.

Lo que ha sucedido en España con las residencias de mayores, con nuestros padres, con nuestros abuelos, es sencillamente repugnante. Y no solo le echo la culpa a determinadas administraciones autonómicas, que ya se sabe; no, culpabilizo a una sociedad española, de la que emanan, que es capaz de asumir un comportamiento así. El problema es mucho más hondo que criticar a un gobierno. Está en un ADN decadente que debemos cambiar.

En algunas familias españolas oriundas de China, los padres lavan todas las noches con agua caliente los pies a su madre anciana siguiendo la tradición más antigua de la historia de China. En Madrid, algunas familias chinas, como digo, lo siguen haciendo cada atardecer.

Mi amiga china Beini me dice que la mejor forma de ser buena persona (‘shan’) es ‘xiao’. Quizás por ello la palabra ‘xiao’ en chino no tenga traducción directa al español.

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