Vuelven los combates en Sudán

Vuelven los combates en Sudán

Las fricciones entre el Ejército de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), el grupo paramilitar mayoritario del país, han acabado en combates a gran escala en Jartum, la capital sudanesa.

También otros puntos de Sudán han sido escenario de los enfrentamientos. Todo ello podría desembocar en la destrucción del frágil proceso hacia un gobierno civil después de décadas de dictadura.

El resultado de los combates es aún una incógnita, aunque por ahora ya ha causado la muerte a tres personas y herido a decenas.

Jartum ha quedado asolada por los sangrientos bombardeos y fuego de artillería pesada, en la ciudad y en el aeropuerto.

Así, se escenifican las profundas diferencias entre Abdelfatá al Burhan, el líder militar de Sudán, y Mohamed Hamdan Dagalo, hasta ahora su número ‘dos’.

Este último, al que apodan ‘Hemedti’, es, además, el cabecilla del grupo paramilitar.

De este modo, está a punto de extinguirse cualquier posibilidad de un proceso que culmine con un Ejército bajo mando civil.

Un proceso que acabó con tres décadas de dictadura de Omar al Bashir en abril de 2019, pero que no ha terminado de ver la luz. Y es que los distintos grupos desconfían mutuamente.

Pero tampoco se ve al Ejército ni a las RSF como los que aseguren esa transición a la democracia.

Golpe de Estado en Sudán

Lo demuestra el golpe de Estado que lideró Al Burhan en 2021, expulsando del poder a Abdalá Hamdok, primer ministro de consenso entre civiles y militares.

Después, una violentísima represión en 2022 se saldó con un centenar de muertos.

Pero los paramilitares de ‘Hemedti’ tampoco se quedan atrás. Talmes así que Amnistía Internacional acusa a las RSF de matanzas, como la que sucedió el 3 de junio de 2019.

Aplastaron a un centenar de manifestantes que participaban en una sentada en la capital sudanesa exigiendo estabilización de las condiciones de vida.

Así las cosas, los combates comenzaron en la mañana del sábado en Jartum, con las RSF intentando asaltar la residencia de Al Burhan.

Él mismo lo confirmó, antes de dirigirse al aeropuerto de la capital y la base militar de la ciudad de Meroe, rodeada desde el jueves por el grupo paramilitar.

No obstante, había un resquicio cuando parecía que ambos líderes aceptaban reunirse de urgencia para tratar de resolver la situación.

En cambio, fue justo entonces cuando estallaron los combates, con mutuas acusaciones de ser, la parte contraria, quien inició los disparos.

Entretanto, la comunidad internacional pide el cese inmediato de las hostilidades, mientras las embajadas ordenan a sus nacionales que se queden en casa.

Por su parte, las organizaciones civiles y formaciones políticas se repliegan ante lo cruento de los combates. Denuncian, entre otras cosas, la presencia de elementos de fieles al derrocado Al Bashir y los acusan de dirigir los acontecimientos desde la cárcel.

“En esta situación, no hay ganador ni perdedor. Hay perdedores en plural, y esos son todos los sudaneses”, ha sentenciado Fadlalá Burma Naser, líder del partido Umma.

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