El Frente Polisario ha atacado a cuatro bases marroquíes y dos puntos de vigilancia situados en el muro que divide el Sáhara. Hace dos días entraron tropas de Marruecos en El Guerguerat.
La ofensiva saharaui ha bombardeado las bases marroquíes de Mahabes, Hauza, Auserd, y los puestos fronterizos números 71 y 172.
En lo que se puede considerar el primer parte de guerra, el Frente Polisario ha asegurado que se han producido “importantes” daños de material enemigo. Asimismo, un número indeterminado de “bajas mortales”.
Los enfrentamientos son respuesta al ataque marroquí a civiles saharauis, mientras bloqueaban el acceso a una carretera en esa parte del Sáhara. Desde ahí, Marruecos accede al Atlántico en esa zona.
En opinión del Frente Polisario ese ataque a los civiles que cortaban la carretera ha roto el alto el fuego firmado el 6 de septiembre de 1991.
Rabat ha comunicado que el paso fronterizo de El Guerguerat está controlado por un “cordón de seguridad” por parte de las Fuerzas Armadas Reales (FAR).
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos ha confirmado los ataques del Polisario, y que las FAR devolvieron el fuego. Ello obligó a los milicianos, según su versión, a huir, bajo la mirada de la Misión del ONU para el referéndum de Sáhara Occidental (MINURSO).
António Guterres, Secretario General de la ONU, ha lamentado que los esfuerzos de la MINURSO para mantener el control en el Sáhara haya “fracasado”. Guterres se ha mostrado “decidido” a hacer todo lo posible por restaurar el alto el fuego.
Por último pide a ambas partes “libertad de movimientos” para la MINURSO, de quien ha dicho estar “comprometida” con seguir cumpliendo su mandato.
Sin embargo, cabría preguntarse qué está haciendo la UE, que en 2019, regaló a Marruecos material bélico por valor de 340 millones de euros contra la inmigración ilegal, que bien podría ser utilizado contra los saharauis.
El lote de material militar está compuesto por vehículos, carros de combate, drones, radares, escáneres y lectores de huellas dactilares. También la UE incluyó 74 kilómetros de costa que están fuera del control de Marruecos, según los acuerdos de alto el fuego con la RASD.
Esta inclusión reconoció de manera taxativa la autoridad marroquí sobre esta parte del Sáhara Esto vulneró los acuerdos de paz que están auspiciados por la ONU.