Santiago Abascal anunciaba ayer que no descartaba la opción de presentar una moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. A día de hoy, podría tener preparado ya su registro en el Congreso, relegando al Partido Popular. Es algo que preocupa a la formación que lidera Pablo Casado porque los pone en una encrucijada.
Parece confirmarse el secreto a voces que todos ven: que el PP sigue arrastrado por Vox. “Nos pone en una situación muy complicada. Es una trampa contra nosotros. Más que para debilitar a Sánchez parece claro que busca provocarnos y debilitarnos. Arrastrarnos”, señala un dirigente popular a infoLibre.
Y todo apunta a que Abascal ya lo tenía decidido. No obstante, prefirió hacer antes una maniobra: dejarlo el papel protagonista a Casado. “La responsabilidad es del primer partido de la oposición, pero si la delega, quizá tengan que ejercerla otros grupos”, dijo.
Añadió que la moción de censura serviría también para retratar a aquellos parlamentarios que estuvieron a favor de la continuidad del Ejecutivo. Un “Gobierno ruinoso que están destruyendo el país”, añadió. Un dardo envenenado dirigido al mismo corazón de los populares. Si no eran ellos, sería él.
Una moción de censura de VOX no tiene posibilidad de prosperar
Con todo, es consciente de que su iniciativa no tiene posibilidad alguna de prosperar. Sin embargo, ese no es su verdadero objetivo. Su pretensión es ir recabando adeptos de entre los ciudadanos descontentos con la gestión de la crisis de la Covid-19. “Quiere aglutinar ese cabreo y extrema su postura al máximo”, explica un diputado.
El momento elegido para lanzar el desafío fue el ideal. Justo cuando el líder del PP dudó entre el no y la abstención para prorrogar el estado de alarma. Terminó eligiendo esta última.
Hay quienes atribuyen el cambio del sí al posible no o la abstención a la presión que está ejerciendo Vox y el miedo a que la formación de ultraderecha atraiga a los electores descontentos.
Ayer, Ciudadanos y PNV permitieron que Casado salvara los muebles in extremis al votar a favor de ampliar el estado de alarma. De ese modo, Sánchez no necesitaba del apoyo popular para sacar adelante la prórroga. Y Casado no necesitaba ponerse del lado de Vox, ERC y Junts votando en contra.
Obviamente, los 52 diputados de extrema derecha no son suficientes, ni con el apoyo del PP, UPN e incluso alguno más. Quedan muy lejos de los 176 votos a favor para que salga adelante una moción de censura. Y en realidad tampoco le importa a Abascal.
“Le dan igual los números. Están en la provocación, en embarrar el terreno”, defiende un dirigente regional. “Es una maniobra de desgaste para poder decir que el PP no quiere quitar a Sánchez”, señala.
VOX atropella al PP
La tibieza de la posición del líder popular ha dejado a su formación en un callejón sin salida. Los ataques le vienen por la derecha y por la izquierda. Dirigentes regionales experimentados del PP lo saben y lo ven claro.
Ante una hipotética moción de censura presentada por Vox “no sería fácil desplegar una estrategia para una iniciativa que no tiene posibilidades de salir adelante, pero que te atropella”.
Si Casado se desmarca de Abascal, éste aprovecharía para retomar lo de la “derechita cobarde”. “La izquierda también lo usaría para ubicarnos al lado de la extrema derecha”, apuntan.
Con todo, parece que desde el PP tienen claro que la respuesta de su líder sería “no” a la iniciativa de Vox. Por si acaso, sostiene un diputado autonómico, “sería bueno tener un relato preparado por si Abascal nos tiende esta trampa. No podemos despistar como ha pasado en la votación de esta última prórroga del estado de alarma”.
miralos, miralos, juntitos. es que son igualitos