VOX y Podemos no se benefician de la crispación. Iglesias dimite.

VOX y Podemos no se benefician de la crispación

Al margen de las alianzas que ahora se tejerán, las elecciones en la Comunidad de Madrid dejan claro que Vox y Podemos no han rentabilizado la crispación que generaron durante la campaña.

A ambas formaciones les venía bien ese clima enrarecido, espeso. Los ataques directos de unos a otros, incluso la personalización del enfrentamiento entre Rocío Monasterio y Pablo Iglesias, no dio frutos.

Vox y Podemos han protagonizado espectáculos poco edificantes en una democracia. Sin embargo, los madrileños han sabido estar a la altura de las circunstancia y han ignorado tanta tensión.

La estrategia electoral de ambas formaciones ha sido la misma: tensar, crispar y agotar al electorado con soflamas que nada tenían que ver con sus verdaderos problemas. Han llevado a la política madrileña al mayor nivel de tensión de toda su historia.

Los resultados electorales lo dejan claro. Los 13 diputados que ha logrado la formación de ultraderecha dista bastante de sus expectativas, que miraban hacia arriba. Incluso a la posibilidad de entrar en el Gobierno regional si tenían suficiente fuerza.

Algunas encuestas otorgaban a la candidatura de Monasterio un porcentaje que casi les dejaba fuera de la Asamblea de Vallecas. Otros, en cambio, los aupaban hasta los 14 o los 16 escaños. Al final… 13.

Tres cuartos de lo mismo sucedió con las aspiraciones de Iglesias. El ‘efecto’ provocado por su aterrizaje en la política madrileña sí permitió a la formación morada alejarse del abismo.

No hay duda que su presencia en los carteles sirvió para movilizar a un electorado al que habitualmente le cuesta moverse para ir a votar. Eso posibilitó que el porcentaje de votos subiera.

Sin embargo, su ascenso se detuvo a media campaña, seguramente a favor de Más Madrid, que fue acaparando apoyos, portadas y titulares. Tampoco parece poderse poner en duda que la presencia del ex vicepresidente segundo espoleó al electorado de derechas que optó por un voto útil que impidiera un Gobierno de coalición de izquierda.

De ese modo, muchos que habrían votado tan ricamente a Vox, prefirieron que su voto fuera a la candidatura de Isabel Díaz Ayuso. Incluso a Ciudadanos.

Al tiempo, VOX ha utilizado niños, menores no acompañados, en una campaña que ha suscitado la repulsa y el vómito de la mayor parte de los analistas. No sin antes provocar en sus actos públicos altercados por parte de aquellos violentos a los que poco les falta para ser provocados.

Entre ellos, presuntamente, miembros de la seguridad de Pablo Iglesias quienes calentaron el acto de VOX agrediendo a las fuerzas de seguridad del Estado. Un Iglesias que fue amenazado lamentablemente y que denunció haber recibido balas en un sobre.

Al final, los electores madrileños eligieron que los morados tengan 10 representantes. Eso sí, anoche mismo, Iglesias anunció que dimite y deja la política.

Pero a ambos, a Vox y Podemos, les dejan claro un mensaje: no todo vale en política. Menos crispación, menos postureo y más ponerse manos a la obra para solucionar los problemas de los ciudadanos.

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