Violencia y ébola en el Congo

Violencia y ébola en el Congo

La situación empeora a causa del conflicto armado y el avance de la enfermedad.
En rueda de prensa, Peter Salama, jefe de la respuesta de emergencia de la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha señalado que la situación en el este de la República Democrática del Congo, RDC, podría deteriorarse con rapidez a causa de los ataques de los grupos armados, la resistencia de las ciudades y el avance geográfico del brote de ébola. “Estamos extremadamente preocupados de que varios factores”, destaca, “pueden sumarse en las próximas semanas y meses para crear una tormenta perfecta”.

El pasado sábado, al menos 18 personas, entre ellos 14 civiles y 4 militares, murieron a causa de un ataque perpetrado supuestamente por miembros del grupo rebelde Fuerzas Democraticas Aliadas, ADF en Beni, en la provincia del noreste del país de Kivu del Norte, la más afectada por el brote junto a la de Ituri. Además, el viernes se conoció un primer caso en Tchomia, a orillas del lago Alberto en la frontera con Uganda. Se trataba de una mujer de la que se sabía que estuvo en contacto con un caso confirmado en Beni, según informa el Ministerio de Salud congoleño.

Este organismo ha llevado a cabo un último balance en el que constan 150 casos, 119 confirmados y 100 muertos. 41 de los confirmados se han curado mientras que 69 a un fallecido.

A juicio de Salama la respuesta de emergencia está en un momento crítico porque hay todavía importantes obstáculos que salvar. Reconoce que el número de nuevos casos semanales ha caído a 10 -antes eran 40- en las últimas semanas y se han practicado 11.700 vacunaciones.

En cambio, los ataques de los grupos armados se han incrementado en intensidad y frecuencia, en especial los que se atribuyen a la ADF.

La OMS se ha visto obligada a detener sus actividades debido al periodo de luto declarado, que llegará como mínimo al viernes. A causa de ello, a comienzos de esta semana no se ha podido alcanzar al 80% de los contactos de ébola y a tres casos sospechosos en Beni para constatar la evolución de la enfermedad.

La importancia de esto último reside en que, hasta que no hayan pasado los 21 días del periodo de incubación del virus, es necesario hacer seguimiento a la persona que podría haber tenido contacto directo con la enfermedad y está en riesgo de desarrollarla.

De acuerdo con las informaciones de Salama, hay focos de “reticencia, rechazo y resistencia” a las vacunas por lo que se están generando nuevos casos.
Idéntica preocupación manifiestan en Médicos Sin Fronteras, MSF, respecto a la imposibilidad de hacer seguimiento a los contactos de los casos confirmados.

“El porcentaje de contactos que están en seguimiento algunos días es inferior al 80%”, señaló a Europa Press Miriam Alía, responsable de vacunación y respuesta a emergencias de MSF. Así, destaca, que algunas personas a las que se debería haber dos veces al día para comprobar que están bien” no se les puede hacer seguimiento, a veces porque se niegan.

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