La selección española de fútbol nos tiene acostumbrados a la incertidumbre en el arranque de los campeonatos, pero Busquets sabía qué había que hacer. El problema es que el coronavirus no le dejó hasta el miércoles.
El comienzo de La Roja en esta Eurocopa 2020 con un año de retraso no fue como se podía esperar. Dos empates ante rivales más que asequibles y con la medular al gusto de Luis Enrique, pero al disgusto de los demás, presagiaban lo peor.
Veremos qué pasa frente al Croacia de Modric. Lo cierto es que España arrancó mal para el nivel que se esperaba del combinado. Cierto es que los rivales fueron a por el empate y se cerraron atrás. Imposible llegar.
Y es que el seleccionador asturiano desmanteló la ‘vieja guardia’ que encandilaba y sólo dejó a Jordi Alba, que brilló, y a Busquets, el capitán. Después de una década con Sergio Ramos mandando en la defensa y enganchando a la media, tocaba el relevo, con permiso de Koke.
El positivo por Covid de Busquets fue un mazazo inesperado, pero Lucho decidió esperar. Mantengo mis dudas, pero después de lo visto este miércoles ante una débil Eslovaquia, merece un punto de confianza.
El caso es que el regreso, a tiempo, de Sergio Busquets a la medular hizo cambiar por completo el panorama. Gracias a él empezó a verse la valía de los demás, aunque estuvieran fuera de sus posiciones naturales (Gerard Moreno). O empeñados en bombear balones con las torres suecas en la defensa.
Pero fue llegar el azulgrana y todo cambió, aportando orden y buen hacer. El tema de los penaltis hay que hacérselo mirar. Su efectividad en los centros fue sublime: un 88%. Malo lo de la tarjeta amarilla porque le condicionará.
Tal fue su entrega y buen juego en los 71 minutos que disputó que la UEFA lo eligió como el mejor jugador del partido. A los resultados nos remitimos. Un contundente 0-5, aunque La Roja jugara en La Cartuja de Sevilla, demuestra que cuando hay un capitán de la ‘vieja guardia’ la cosa cambia.
No es por desmerecer a los jóvenes que vienen pujando con fuerza, y se merecen todo el respeto y admiración, pero es que la experiencia es un grado.
Ahora toca volar a Copenhague donde la selección se medirá con Croacia, segunda en su grupo, justo detrás de Inglaterra. No olvidemos que los ajedrezados son subcampeones del mundo.