“Una oportunidad para la paz social”, por Alfredo Liébana Collado.

Alfredo Liébana Collado.

La sociedad catalana está profundamente dividida, más en su clase política que en la vida social, pero si no supera esta división quién será más perjudicada será la sociedad española en su conjunto.

Los nacionalistas catalanes con su discurso monocorde han conseguido aburrir a media España, pero la otra media ha tenido una constante distracción de su actividad habitual, por una excitación permanente de una derecha, que no ha hecho otra cosa que hurgar en una herida, que es de todos, para una rentabilidad electoral, que se ponga como se ponga, no va a poder rentabilizar de forma inmediata por los plazos electorales.

La izquierda está también en un juego de difícil equilibrio con la presencia de nacionalismos en diversa gradación, pero en el que hay que recordar algunas cosas básicas, al nacionalismo abertzale de izquierdas se le pidió permanentemente que defendiera sus postulados por la vía democrática sin abdicar de sus principios y cuando lo hace, se le reprocha por la derecha permanentemente sus orígenes, siendo cierto que algunos de sus dirigentes siguen con un lenguaje de difícil digestión colectiva, pero es imprescindible que hay que ayudar a su compromiso colectivo.

El problema de los nacionalismos en la sociedad actual es una permanente distracción, para los grandes objetivos de futuro, donde prima un multilateralismo limitado: EEUU, Europa, Rusia y una China cada vez más pujante, donde entre los actores indicados, Europa permanece bastante noqueada todavía por la traición del egoísmo británico y existe también un bloqueo parlamentario constante en una Norteamérica, fruto de una fuerte división interna, desde las últimas elecciones, que no consigue superar, por un partido republicano que no acepta su derrota. Y con los dos actores restantes en posiciones más o menos autoritarias, uno más discreto con un gran tirón económico, convertido en la fabrica de medio mundo, y otro con ambición de ser un actor esencial a cualquier precio.

Ante este panorama, España no deja de ser un actor secundario y el problema del nacionalismo catalán es un obstáculo para una recuperación económica imprescindible para superar los efectos de la pandemia. La búsqueda de soluciones requiere mucha mano izquierda y un liderazgo social que está por comprobar que tengan los actores presentes.

En definitiva, hay que dar una oportunidad para la paz social, y el asunto del tan traído y llevado asunto de los indultos, no se puede tratar como un insulto.

1 thought on ““Una oportunidad para la paz social”, por Alfredo Liébana Collado.”

  1. Acertada reflexión. Ojalá la inteligencia y la concordia primaran en las gentes, sobre todo en los profesionales de la política… Y en esa especie de periodistas palmeros de los intereses capitalistas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *