En especial lo sufren mujeres de entre 15 y 44 años en todo el mundo.
Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se celebra hoy, la ONG jesuita Entreculturas ha alertado de que el 35% de las mujeres en todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida, y en muchas ocasiones ambas juntas, informe que recoge Europa Press.
Entreculturas advierte de que este tipo de violencia contra las mujeres “va en aumento” y que comienza, en muchos casos, en la infancia. Es la manifestación “más extrema” de la desigualdad de género y la “más grave” violación de los Derechos Humanos que sufre cualquier sociedad.
Naciones Unidas ha señalado que la violencia de género es la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años, por delante de las causadas por cáncer, malaria, accidentes de tráfico y guerras, en su conjunto.
La ONU concreta y expresa en cifras que más de 650 millones de mujeres se dieron abocadas al matrimonio antes de cumplir los 18 años, con la grave consecuencia de padecer embarazos precoces, aislamiento social, interrupción de la escolarización y aumento del riesgo de sufrir violencia doméstica.
La mutilación genital femenina es la expresión más grave de las violencias que sufren las mujeres y niñas. 200 millones de ellas la han sufrido, antes de cumplir los cinco años en la mayoría de los casos. Las secuelas son graves, entre psicológicas, físicas y sociales, y quedan marcadas para siempre, alejándolas de la escuela, de la infancia y de sus oportunidades.
La desigualdad económica y política es otra de las realidades de las discriminaciones hacia las niñas y las mujeres. Ellas producen el 70% de los alimentos mundiales, pero solo poseen el 2% de la tierra cultivable. Su representación política en el mundo no llega al 20% y su vulnerabilidad aumenta exponencialmente en momentos de crisis.
La ONG Jesuita sigue trabajando para denunciar esta lacra y para prevenir y atender a las víctimas de violencia sexual y de género. Un ejemplo está en que desde que estallara el conflicto armado en 1996 en República Democrática del Congo, más de 250.000 mujeres y niñas han sido víctimas y supervivientes de violencia sexual. Otro país, donde el 44% de las mujeres padecieron la mutilacion genital siendo niñas, es Chad, uno de los peores países para ser mujer o niña.
Sifa Kaite, coordinadora de Protección a la Infancia del Servicio Jesuita a Refugiados en Chad ha indicado que “la violencia contra las niñas les impide disfrutar y ejercer sus derechos humanos: el derecho a la educación, el derecho al juego, el derecho a la salud o el derecho a la expresión de opinión”.
Entreculturas previene y da respuesta desde 2012 en quince países, dando oportunidades para que “la luz de las niñas brille” mediante el programa La luz de las niñas y junto al Servicio Jesuita a Refugiados, conscientes de que las niñas libres de violencia hoy “son mujeres con derechos en el futuro”.
desde que se creó este programa, se ha atendido a casi 32.800 niñas en Angola, Bolivia, Camerún, Chad, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Kenia, Nicaragua, Perú, Republica Centroafricana, República Democrática del Congo, Sudán y Sudán del Sur. En este año ha asistido a 12.700.