Un 10% más de profesionales dejan de trabajar por tener que cuidar a sus familiares dependientes

Un 10% más de profesionales dejan de trabajar por tener que cuidar a sus familiares dependientes

En el último año, 56.700 profesionales se han retirado del mercado laboral para ocuparse directamente de un familiar dependiente o con discapacidad. Hoy, los inactivos por este motivo ya superan el medio millón (595.700), lo que supone un incremento del 10,5% con respecto a 2017 (539.000) y un crecimiento del 22% con respecto a hace dos años.

La mayoría (55%) toma la decisión de retirarse del mercado laboral por motivos económicos, al no cubrir su sueldo los servicios profesionales adecuados para el cuidado de su familiar dependiente o con discapacidad.

En el marco del Día Internacional de la Familia (15 de mayo) y, por octavo año consecutivo, la Fundación Adecco, con la colaboración de Previsora Bilbaína y Cidetec, presentan su informe Discapacidad y Familia, un trabajo de investigación cuyo propósito es visibilizar los retos que introducen la discapacidad y las situaciones de dependencia en las unidades familiares, principalmente en lo que respecta a la conciliación de la vida personal y profesional.

Los resultados obtenidos se basan en los datos de experiencia profesional y búsqueda de empleo de la Encuesta de Población Activa, las estadísticas del SAAD (Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia) y en una encuesta a 500 personas que conviven con alguna persona con discapacidad.

A este respecto, es significativo cómo un 78% de las familias con personas con discapacidad, encuestadas por la Fundación Adecco, declara algún tipo de dificultad para llegar a fin de mes. Concretamente, un 31% manifiesta encontrar grandes dificultades, seguido de un 19% que afirma llegar “con dificultad” y un 28% que alega “ciertas dificultades” económicas para terminar su mes. Si comparamos estas cifras con las del INE, advertimos que la situación económica de las familias a nivel general es más favorable, aunque más de la mitad (52%) también expresa dificultades para llegar a fin de mes.

Sin embargo, además del motivo económico, existen otras causas que subyacen a este abandono del mercado laboral:

  • Cronificación del desempleo. El paro de larga duración afecta especialmente a determinados segmentos de la población, como las mujeres mayores de 45 años. Tras una larga búsqueda activa de empleo que no da frutos, pueden tomar la decisión de abandonarla si la situación familiar así lo exige. De este modo, no dejan su empleo como tal, sino que abandonan una búsqueda infructuosa de trabajo
  • Dificultades para conciliar. Como analizaremos más adelante, el 92% de los profesionales que conviven con personas con discapacidad encuentra importantes obstáculos para compaginar su vida personal y laboral lo que puede conducir, en algunos casos, a la decisión de retirarse del empleo para ocuparse directamente de su familiar.

Por otra parte, detrás del crecimiento interanual de personas que se retiran del mercado, podemos señalar dos factores:

  • Más personas dependientes. Cada vez se contabilizan más personas dependientes y/o con discapacidad. En parte por el alargamiento de la esperanza de vida (en 2018 se situó en 83,4 años frente a los 80 años de hace una década). Las cifras del Sistema para la Autonomía y la Atención a los Dependientes (SAAD) también reflejan un incremento de las personas en esta situación: hoy, se contabilizan 1.061.719 beneficiarios de ayudas para personas dependientes, un 10% más que el año pasado. Esto último da cuenta, no solo de la mayor capacidad económica del Estado, sino también del crecimiento efectivo de personas en situación de dependencia.
  • Más apoyo por parte de la Administración Pública. Recientemente se han recuperado las cotizaciones a la Seguridad Social de los cuidadores no profesionales en el entorno familiar, de modo que a partir de ahora será el Estado quien las asuma. Ello se convierte en un respaldo para los profesionales, que encuentran un incentivo para retirarse de su trabajo y encargarse del cuidado de su familiar.

La Dependencia se sustenta en el cuidador familiar
A fecha marzo 2019 se contabilizan en España 1.064.795 personas que reciben 1.333.978 prestaciones para personas dependientes establecidas por la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia.

Esta legislación introduce la figura del cuidador familiar no profesional de modo que, si se acreditan los requisitos necesarios, un miembro de la familia puede hacerse cargo de la persona dependiente y recibir con ello una prestación. Cabe destacar que el objetivo de la legislación es crear una red de infraestructuras profesionales y de apoyos que den respiro a las familias; por tanto, los subsidios a familiares se contemplan como una excepción.

A pesar de ello, las pagas para cuidadores en el entorno copan el grueso de las prestaciones por dependencia (30,7%), por encima de otras variantes como la ayuda a domicilio (17,9%) o la teleasistencia (16,9%).

Es significativo cómo, en línea con el crecimiento generalizado de subsidios y, además de ser el tipo de prestación con mayor acogida, la paga por cuidados familiares no profesionales no ha dejado de incrementarse en los últimos años: con respecto a 2018 se ha incrementado un 6,4% y un 10,3% si comparamos la cifra con la de 2015. A día de hoy, del total de 1.329.829 prestaciones concedidas por dependencia, 408.384 son para los cuidadores familiares no profesionales.

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “Ante este predominio, el reto es profesionalizar la ocupación del cuidador familiar, dotándole de recursos y conocimientos específicos que revaloricen su candidatura si el día de mañana decide volver al mercado de trabajo abierto. Asimismo, se torna fundamental formar a los cuidadores para que, no solo se centren en paliar las situaciones de necesidad de su familiar, sino que apuesten por potenciar su autonomía personal y empleabilidad, si se encuentra en edad laboral”.

Radiografía del cuidador: mujer mayor de 45 años
Atendiendo al perfil de las personas que se retiran del mercado laboral para cuidar a un familiar, se observa que la gran mayoría son mujeres (94%) y que la mayor parte supera los 45 años (40%). Concretamente un 21% tiene entre 45 y 54 años y un 19% supera los 55 años.

Mesonero señala que “se trata de un sector de la población feminizado prácticamente al 100% y de edad avanzada. Las mujeres mayores de 45 años son las que más dificultades encuentran en su acceso al empleo y en el mantenimiento del mismo; por lo tanto, son las primeras que deciden retirarse del mercado cuando la situación familiar lo requiere”.

Entre las causas que subyacen tras esta realidad destacan una desactualización de competencias (muchas se incorporan a la búsqueda de empleo tras mucho tiempo de inactividad), unida a prejuicios sociales y empresariales que siguen asociando a los senior con profesionales obsoletos, menor flexibilidad e inferior compromiso.

De hecho, un 48% de las mujeres mayores de 45 años lleva más de un año en paro, frente al 63% de la media de todas las mujeres.

Dificultades para conciliar
No todas las personas que tienen familiares con discapacidad se ven obligadas a abandonar su puesto de trabajo, pero la gran mayoría de los que tienen empleo (92%) declara dificultades para conciliar su vida personal y profesional, según las respuestas de los encuestados por la Fundación Adecco, entre los que un 55% se encuentra trabajando.

Esta cifra es manifiestamente superior a la del resto de los trabajadores. Según un reciente informe de Adecco, el 66% de los ocupados en España encuentra dificultades para conciliar.

“Si la conciliación es un reto para todos los españoles, se convierte en un desafío mayúsculo para aquellos que conviven con personas con discapacidad, debido a la mayor dedicación que necesitan: asistencia a terapias y tratamientos, ayuda para la realización de sus tareas cotidianas que se prolonga en el tiempo, etc. Se torna por tanto fundamental promocionar los horarios flexibles de modo que sean acordes a las necesidades de los trabajadores, así como atreverse con fórmulas como el teletrabajo, en aquellos casos en los que sea posible”, explica el director general de la Fundación Adecco.

La presente encuesta ha querido profundizar en las medidas de conciliación permitidas por las empresas en las que trabajan personas que tienen a familiares con discapacidad.  Sorprende que la mayor parte de ellas tiene una implementación inferior al 50%. Solo la posibilidad de abandono del puesto ante emergencias familiares (60%) o las reuniones por videoconferencias (55%) superan este porcentaje. En el otro lado, el teletrabajo sigue siendo exiguo (11%) y la flexibilidad tiene aún mucho margen de desarrollo (41%).

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