Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, ha admitido que “no se descarta” que el avión que se estrelló el 8 de enero en una zona cerca de Teherán, y en el que fallecieron 176 personas, fuese derribado por el impacto de un misil. De todos modos, ha pedido colaboración internacional para que se pueda llevar a cabo una “investigación objetiva” acerca del accidente.
Alí Abedzadé, director de la Agencia de Aviación Civil de Irán, ha dicho que es “científicamente imposible” que la aeronave Boeing 737 de Ukraine International Airlines fuese derribada por un misil, ni siquiera de modo accidental, tal como piensan Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
“Tras las declaraciones recientes de dirigentes, pedimos a nuestros socios internacionales, especialmente de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, que proporcionen datos y pruebas relativos al desastre a la comisión que investiga las causas”, ha señalado Zelenski, en un comunicado que ha difundido su oficina.
El presidente ucraniano ha tratado el asunto con Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, y pretende que se aclare “la innegable verdad”, dejando a un lado las consideraciones políticas. “El valor de la vida humana es mayor que cualquier motivo político”, ha apuntado Zelenski.
El accidente del avión ha tenido lugar a la vez que la escalada de tensiones en Oriente Próximo, tras los ataques cruzados entre EEUU e Irán.
Vadim Pristaiko, ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, ha trasladado que su Ejecutivo tiene “importantes datos” facilitados por Washington acerca de lo que le ocurrió al Boeing 737 de Ukraine International Airlines.
“Hemos recibido importantes datos que serán analizados por nuestros especialistas”, ha informado por Twitter el jefe de la diplomacia de Ucrania, una vez que Volodimir Zelenski haya mantenido una reunión con Kristina Kvien, encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Kiev.
Respecto al accidente aéreo, un responsable del gobierno de EEUU ha trasladado a la CNN que el avión fue derribado por dos misiles, de fabricación rusa, que fueron lanzados por error por parte de la República Islámica.
Por su parte, el régimen de los ayatolás niega que el avión fuese derribado, manteniendo la versión de la Agencia de Aviación Civil de Irán.