Los 1.500 millones de euros que la Comisión Europea ha desembolsado este martes a Ucrania corresponden al segundo tramo del nuevo paquete de ayuda macrofinanciera. El total asciende a 18.000 millones para 2023.
Esta cuantía se suma a los otros 3.000 millones de euros que Bruselas desembolsó en enero. A partir de ahora, las entregas serán a razón de 1.500 millones mensuales a lo largo del resto del año.
Así, desde el inicio de la guerra en Ucrania por la agresión rusa, el Ejecutivo comunitario ha desembolsado la cantidad de 11.700 millones de euros.
No obstante, el montante final en apoyo al pueblo ucraniano se eleva a 67.000 millones.
Estas cantidades suponen, por parte de la Unión Europea, apoyo financiero, humanitario, presupuestario de emergencia y militar al país invadido.
A ello contribuyen los Estados miembro y las instituciones financieras europeas. Además, incluyen los recursos puestos a disposición a las distintas capitales para que atiendan las necesidades de los ucranianos desplazados por la guerra.
De este modo, Ucrania recibe ayuda para continuar con el pago de salarios y pensiones, además de para el mantenimiento de los servicios públicos esenciales.
Esto supone, hospitales, escuelas y viviendas para reubicar personas, así como para garantizar la estabilidad macroeconómica y rehabilitar infraestructuras críticas.
Pero no es todo sin ciertas condiciones. Bruselas ha comprobado que las autoridades de Ucrania han hecho progresos satisfactorios a la hora de aplicar dichas condiciones políticas.
Según el Ejecutivo comunitario, ha cumplido con los requisitos de información, que persigue la transparencia y eficiencia en el uso de los recursos entregados.
En ese sentido, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, explica que Kiev ha hecho avances “importantes” para reforzar el Estado de Derecho.
Es el caso del nombramiento de un nuevo jefe de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania. Además, ha reforzado la estabilidad financiera gracias a los avances hacia una mejora de la supervisión de los bancos estatales.
Asimismo, el funcionamiento del sistema de gas registrará mejoras por la selección de un consejo supervisor de Naftogaz.
A su vez, se implanta un mejor clima empresarial por la simplificación de las condiciones para acceder a la concesión de licencias y permisos.