Según Sergei Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia, el aumento de la tensión en Ucrania “se produce en la mente” de Estados Unidos y aliados. Niega que sea real en el terreno.
En una jornada marcada en España por el incendio en el PP provocado por Isabel Díaz Ayuso, este jueves han pasado otras cosas en el mundo.
Así, el ministro de Exteriores ruso ha señalado que “toda esa situación no se produce en el territorio de Rusia”. Más bien, dijo, “en las mentes y los medios, sobre todo de Estados Unidos y Reino Unido”.
Lavrov mantuvo un encuentro con Luigi di Maio, su homólogo italiano. Es en ese marco en el que ha manifestado que “todas las preguntas de cómo resolver lo que ellos denominan escalada, debe hacérselas a ellos”.
Asimismo, acusó a Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, de la amplificación de los temores acerca de este asunto.
Además, avanzó que el Gobierno ruso mandaría a Estados Unidos su respuesta acerca de las contrapropuestas presentadas por Washington.
“Estamos terminando el análisis de la respuesta estadounidense” en materia de seguridad europea, indicó.
A su vez, apuntó que se publicará la carta después de que la envíen. “Creemos que esto es necesario para que la sociedad civil de nuestros países sepa lo que ocurre”, remarcó.
“De otro modo, si se mantiene el secretismo, como lo prefieren Washington y Bruselas, la opinión pública será inundada con mentiras”, explicó. “Y la burda propaganda que ahora satura el espacio informativo”, concluyó.
Por su lado, Di Maio afirmó que Moscú tiene “disposición” para hallar una solución diplomática a la crisis de Ucrania. Asimismo, tras las reuniones que mantuvo en Kiev, el ministro italiano señaló que “existe por tanto un la disponibilidad de ambas partes”.
En ese sentido, insistió en que “la paz es el único camino que nos puede llevar a una estabilidad duradera”. Por ello, hizo un llamamiento para que “a las armas dejen espacio la diplomacia”.
Entretanto, Rusia ha avanzado que sus tropas se Irán replegando de la zona fronteriza con Ucrania, incluso de la península de Crimea.
Sin embargo, desde Washington muestran recelo. Así, un alto cargo estadounidense sostuvo este miércoles que el número de efectivos rusos en la zona ha aumentado en 7.000 en los últimos días.