Tusk quiere retrasar la salida de Reino Unido

Tusk quiere retrasar la salida de Reino Unido

Critica a aquellos eurodiputados que se niegan a alargar el plazo, para que Reino Unido no entre en las elecciones europeas.
Ante el pleno de la Eurocámara, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, ha pedido que no se traicione a los británicos que reclaman frenar el Brexit en manifestaciones y recogidas de firmas y ha recordado la posibilidad de extender la prórroga de forma que se retrase a largo plazo la salida de los británicos del bloque comunitario.

Ya al inicio del debate en Estrasburgo, Tusk criticó a los eurodiputados que se niegan a conceder una prórroga mayor porque ello implicaría que Reino Unido participará también en las elecciones europeas de mayo. De concederse dicha extensión mayor, de nuevo los eurodiputados britanicos estarían presentes en el Parlamento Europeo como mínimo al principio de la próxima legislatura.

“Pensar así es inaceptable. No podéis traicionar a seis millones de personas que han firmado una petición para revocar el artículo 50, ni al millón y medio de personas que se manifestaron para pedir un nuevo voto, ni a la mayoría creciente que quiere permanecer en la Unión Europea”, señaló. Añadió que estas personas puede que no sientan que el Parlamento Europeo los representa, pero “deben sentir que están representados por ustedes en esta Cámara, porque son europeos”.

La Eurocámara concedió a Reino Unido un plazo, hasta el próximo 12 de abril, para aclarar la forma en que quiere encarar el Brexit, bien con un acuerdo y una desconexión ordenada o una ruptura abrupta sin reglas pactadas. Por otro lado, la Cámara de los Comunes debería, para ello, aprobar en esta semana el Tratado de Retirada para, así, mantener abierta la posibilidad de una prórroga corta hasta el 22 de mayo y obtener una salida de consenso, algo que se antoja poco probable.

De ahí que el presidente del Consejo Europeo crea que el 12 de abril es “la nueva fecha del precipicio”. Londres tendría que, para entonces, haber comunicado al bloque comunitario la hoja de ruta, con una ruptura traumática en esa misma fecha o estableciendo una prórroga a largo plazo que necesariamente pasaría por la convocatoria de elecciones europeas en mayo también en Reino Unido.

En opinión de Tusk, cualquier cosa puede ocurrir hasta la fecha límite de abril y anticipó que “lo más probable” es que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete deban reunirse de nuevo antes del día 12 para tratar de cerrar con Theresa May, primera ministra británica, el plan definitivo en una nueva cumbre.

Por su parte, Michel Barnier, negociador europeo para el Brexit, ha respondido a las críticas de los euroescépticos diciendo que “nadie en Bruselas” trata de “robar el Brexit o de dar la vuelta” al resultado de la consulta de 2016, pero también que a ellos les corresponde “asumir su responsabilidad y las consecuencias de sus decisiones”.

Nigel Farage, eurodiputado y ex líder del Partido de la Independencia de Reino Unido, había calificado como una “humillación nacional” la prórroga acordada y que se trata y una “traición a cámara lenta” del resultado del referéndum.

Sin embargo, tal y como viene sucediendo durante los casi dos años de negociación, Barnier le ha respondido que en el bloque europeo no hay ánimo de venganza o voluntad de humillar a su país, sino trabajo para garantizar un divorcio que evite el caos, de forma que se termine con la incertidumbre y se protejan los derechos e intereses de los europeos, que también lo son de los británicos.

Farage también criticó que se abra la hipótesis de un segundo referéndum y preguntó al Parlamento Europeo si en realidad quieren que él mismo vuelva en la próxima legislatura. A ello, Tusk ha replicado diciendo: “Fue usted el que hace tres años pensó que era posible organizar otro referéndum con el fin de invalidar el previo. Así que, sea usted también coherente hoy”, indicó, para luego recordar que en 1975 Reino Unido votó para unirse al bloque comunitario y que la consulta de 2016, en la que venció el Brexit, es la que debe recordarse como un segundo referéndum.

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