Crece la tension con el régimen iraní después de este anuncio.
Donald Trump no validará el acuerdo nuclear con Irán, ha anunciado, dejando que sea el Congreso quien lo decida. En esa línea, asegura que a medida que se ignora más “una amenza, mayor se vuelve”. Y prosigue: “Voy a cerrar un camino que lleva al terror, la violencia y el arma nuclear. En cualquier momento puedo acabar con el pacto”, concluyó.
Calificando a Irán como un “régimen fanático, dictatorial y terrorista” avivó la tensión asegurando que “Irán nunca tendrá la bomba atómica. Las agresiones no han dejado de incrementarse y es hora de ponerles fin”, anunciando nuevas sanciones económicas. Persigue con ello que el Congreso aumente los límites al régimen iraní. Se busca minimizar la posibilidad de que Irán desestabilice la región y se reduzca su apoyo al terrorismo. Aumentan, así, los frentes abiertos con las políticas de Trump, y a la escalada nuclear de Corea del Norte, las relaciones con Cuba estancadas y reducidas, se une ahora el pacto nuclear con Irán. Desde 2015, con Obama como presidente, Irán limitaría su programa nuclear y, a cambio, se levantaría las sanciones económicas, y aunque Israel se opuso, se consideró un gran éxito de la diplomacia norteamericana, respaldado por las grandes potencia europeas y China. Pero Trump siempre calificó el acuerdo como un pacto nefasto, incluyendo en su campaña electoral la ruptura del acuerdo si era elegido presidente, a pesar del apoyo que recibe el pacto por parte de la plana mayor de la Casa Blanca y los altos mando militares.
Así las cosas, el presidente norteamericano enviará al Congreso la certificación, mientras que sus intenciones de ruptura completa se han visto frenadas por una vía intermedia que consiste en sancionar a la Guardia Republicana sin incluirla en la lista de organizaciones terroristas y someter a debate el acuerdo nuclear sin romperlo.