Afecta a 48 empleados de la embajada y 12 de la misión en la ONU.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ordenó ayer la expulsión de 60 diplomáticos rusos acusados de espionaje. Esta medida responde al intento de asesinato del ex espía ruso Sergei Skripal con un gas venenoso en el Reino Unido, que acusa a Moscú del ataque. Se aplica a 48 miembros de la embajada en Washington y otras delegaciones, y a 12 empleados de la misión diplomática rusa en Naciones Unidas, en Nueva York, además de pedir el cierre del consulado ruso en Seattle por encontrarse demasiado cerca de la fábrica de aviones Boeing y una base de submarinos. Los 60 afectados y sus familias deberán abandonar territorio estadounidense en siete días.
En una actuación coordinada, Estados Unidos, Canadá y 14 países europeos anunciaron también la expulsión de diplomáticos rusos de sus territorios. La atribución de responsabilidad del ataque al ex espía a Rusia no es la única de las razones de las medidas sancionadoras, sino que también se acusa al Gobierno ruso de injerencias en Europa, durante la campaña del Brexit en Reino Unido; en España, sin vincular directamente a las autoridades rusas, si se dijo que los ataques cibernéticos durante la campaña electoral en Cataluña provinieron de Rusia y Venezuela; y más recientemente, en Estados Unidos, las supuestas injerencias durante la campaña presidencial que podrían haber favorecido a Trump, un asunto que está siendo investigado por un fiscal especial.
Se usó un arma química militar, según EEUU y Downing Street
El comunicado de la Casa Blanca destaca que “Estados Unidos adopta esta medida en coordinación con nuestros aliados de la OTAN en el mundo en respuesta al uso por parte de Rusia de un arma química militar en suelo de Reino Unido, lo último en su permanente patrón de desestabilizar en el mundo”. Theresa May acusó formalmente a Rusia del envenenamiento del es espía ruso y expulsó a 23 diplomáticos, además de suspender todo contacto de alto nivel. También se investiga la muerte del exiliado ruso Nikolai Glushkov en su casa de Londres, aunque de momento no se ha encontrado relación alguna.
Ya a finales de 2016, Barak Obama, entonces presidente estadounidense, a punto de dejar su cargo, expulsó a 35 agentes de inteligencia y sus familias adscritos a la embajada de Washington y del consulado de Los Ángeles, además de cerrar dos centros de Gobierno ruso en Nueva York y Maryland. En esta ocasión la expulsión afecta a 60. Nikki Haley, embajadora estadounidense ante la ONU, ha indicado que los expulsados “se implicaron el actividades de espionaje que son adversas para nuestra seguridad nacional”, para luego añadir que “la decisión del presidente muestra que las acciones de Rusia tienen consecuencias”. “Más edad ejercer una conducta desestabilizadora por todo el mundo, que ser cómplice de las atrocidades en Siria y de las acciones ilegales en Ucrania, han utilizado armas químicas en las fronteras de uno de nuestros más próximos aliados”, sentenció.
A estas alturas y con éstos hechos tiene la ONU fundamento?