Trump abre una colecta para una batalla legal sin precedentes en el Tribunal Supremo

Trump abre una colecta para una batalla legal sin precedentes en el Tribunal Supremo

La batalla legal que Donald Trump va a plantear ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos no tiene precedentes en el país. Se niega a aceptar una posible derrota en la que está al borde, por lo que venía denunciando un fraude electoral. A ello se une que quiere que el Alto Tribunal estadounidense dé por concluido el recuento.

Su objetivo es que los votos que queden por escrutar no valgan. Es más, intentará que ningún voto demócrata anticipado o por correo valga. Su objetivo es lograr del Supremo una sentencia que le dé ganador, sí o sí.

Se trata de una especie de golpe de Estado camuflado en una aparente defensa de su posible victoria frente a los poderes demócratas que, según él, la ocultan.

Con ese objetivo, sin terminar el escrutinio definitivo –y puede tardar días—, el equipo de campaña de Trump ha enviado un correo electrónico a sus simpatizantes para que donen dinero e iniciar los litigios.

El mandatario, absolutamente emparanoiado, acusa a la izquierda y sus medios afines de no aceptar el escenario que salga del recuento. Intentarán, dice, manipular los resultados. Este hombre debería hacérselo mirar, dicho sea de paso.

“Necesitamos tu ayuda para asegurarnos un fondo de reserva masivo para proteger la integridad de estas elecciones”, añade el propio presidente en el mensaje.

Tal es su paranoia que comienza el mensaje con un “el día ha sido histórico. Vamos a ganar y vamos a ganar a lo grande”, arengando a sus seguidores. Denuncia que los medios fake news, que circunscribe a los afines a los demócratas, y los propios miembros del partido tratarán de “hacer lo que sea” para impedir que ganen.

Pence se convierte en una réplica de Trump

Toca hacer lo que la ultraderecha siempre hace: mentir, engañar y tergiversar una posible realidad, con el peligro de encender una bomba de relojería. Mike Pence, vicepresidente de Trump, enviaba poco después otro mensaje.

Pide ayuda y más dinero para que el Partido Republicano disponga de los “recursos apropiados para proteger los resultados”. Vuelve a acusar a sus rivales políticos de preferir “destruir” Estados Unidos y evitar “cuatro años más del increíble liderazgo del presidente”.

El recuento, al cierre de estas líneas, apunta a unos resultados más que ajustados, con un Trump que ha ganado en enclaves decisivos. Sin embargo, quedan por escrutar millones de votos que podrían, al final, inclinar la balanza a favor de Joe Biden.

El candidato demócrata tiene asegurados 264 compromisarios, por 214 del republicano. A lo largo de la tarde, cayeron en manos de Biden los 26 electores de Wisconsin y Michigan. A su vez, va por delante en Nevada y sus 6 compromisarios, que decidirán la elección.

En ese estado, el margen es muy estrecho, apenas unas décimas porcentuales. En cambio, Trump, con algo más de distancia, va ganando en Carolina del Norte (15 votos electorales), Georgia (16) y Pensilvania (20).

Con los 51 que suponen estos últimos, el magnate neoyorquino pasaría a ser presidente saliente y Biden tendría que ser proclamado nuevo jefe de Estado y de Gobierno en Estados Unidos.

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