Trump aboca al mundo a una guerra comercial

Trump aboca al mundo a una guerra comercial

El mundo reacciona frente al proteccionismo estadounidense.
Después de que Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, firmara la adopción de aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las del aluminio, el mundo teme que se abra una guerra comercial. Los países han comenzado a reaccionar. China ha considerado la imposición de aranceles como “un ataque grave a la normalidad del orden comercial internacional. El portavoz del Gobierno japonés, Yoshihide Suga, advertido de que se amenaza la estabilidad de la economía mundial, a la vez que anunció que pedirá a Washington que excluya a Japón de la decisión, de lo que ya se benefician México y Canadá. Taro Kono, ministro de Relaciones Exteriores del Ejecutivo nipón, tildó la decisión como “lamentable” que afirmó que podría tener “un grave impacto o en la relación económica entre Japón y Estados Unidos y en la economía global”.
“Yo sostengo una promesa que hice en la campaña”. Así se manifestó Trump a la firma del decreto, asegurando que el país norteamericano ha sido víctima de prácticas comerciales a las que calificó de “agresión”. “Hoy defiendo la seguridad nacional de estados unidos al aplicar aranceles al acero y al aluminio”. Se abre un plazo de 15 días hasta la entrada en vigor de los aranceles: “Veremos quiénes son los que nos tratan de forma justa y quienes no”, dijo el mandatario estadounidense, dirigiéndose especialmente Alemania sobre los intercambios comerciales y los gastos de defensa en la OTAN, si bien aseguró que demostrará “mucha flexibilidad” a la hora de negociar la exención de la norma con todos los países implicados.

Nadie, salvo parte de la industria metalúrgica estadounidense, quiere estas tasas
Trump justifica la imposición de estos aranceles porque quiere que llegue mucho acero a Estados Unidos, pero que sea “de forma justa. Queremos que nuestros trabajadores estén protegidos”. Según el dirigente estadounidense, la industria del acero y aluminio de su país ha sido “devastada” por las prácticas comerciales extranjeras, a las que ha calificado como “agresivas”, y la masiva importación de esta metalurgia ha hecho que las fábricas “hayan sido abandonadas para que se pudran y se cubran de herrumbre. Las comunidades se tornaron pueblos fantasmas. Eso se terminó”.
Brasil, que es el segundo exportador de acero a Estados Unidos, ha expresado una gran preocupación ante esta medida. “Causará graves perjuicios a las exportaciones brasileñas y tendrá un significativo impacto negativo en los flujos del comercio bilateral y en las relaciones comerciales y de inversores entre ambos países”, asegurando que “recurrirá a todas las acciones necesarias” para proteger sus derechos. Por otro lado, once países han firmado un nuevo Acuerdo de Asociación Transpacífico, lanzando un mensaje a favor del libre comercio y en contra del proteccionismo que ahora impone Trump. Cecilia Malström, comisaria europea de Comercio, por su parte, mantiene que la Unión Europea “debería ser exonerada”. La UE, Japón y Canadá se unieron a las críticas del representante chino ante la Organización Mundial De Comercio que advirtió del riesgo de un “problema sistémico” para la propia organización, mientras que Kristalina Georgieva, directora ejecutiva del Banco Mundial, ya había advertido al presidente estadounidense de los riesgos de una guerra comercial, emplazándole a evaluar “cuidadosamente las consecuencias” de aplicar aranceles a la importación de acero y aluminio.

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