Trabajo se impone a Economía tras la subida del SMI

Trabajo se impone a Economía tras la subida del SMI

El acuerdo de subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) cristalizado a última hora de la tarde supone más que una aparente cuestión económica o laboral.

Se constata la imposición del criterio de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, frente a las tesis que mantiene Nadia Calviño, titular de Asuntos Económicos.

Y eso que el acuerdo con los sindicatos supone también el fracaso del diálogo social, al menos en esta materia. Las patronales CEOE y Cepyme se oponen a esta subida en este momento. Es el mismo motivo por el que es contraria ATA, la asociación de trabajadores autónomos.

Un fracaso que pesa sobre la ministra Díaz porque supone renunciar al alto valor político que le da a los acuerdos amplios. Cerró el pacto sin el consenso de Calviño a pesar del desgaste que represente para ésta.

La subida del SMI no satisface del todo a los sindicatos

Sin embargo, la subida del SMI como querían los sindicatos no es del todo satisfactoria para los representantes de los trabajadores. Tanto UGT como CCOO apostaban por una subida de entre 25 y 30 euros.

Con todo, si no era así, al menos que tuviera carácter retroactivo a 1 de setiembre, algo que sí se cumple. Asimismo, el compromiso expresado “de forma nítida” de que se eleve hasta los 1.000 el 1 de enero de 2022.

Al final, el pacto contempla un alza de 15 euros, hasta los 965 euros al mes en 14 pagas y desde el primero de setiembre. Calviño llegó a asegurar que sería desde octubre.

Lo que no figura son los 25 ó 30 euros ni el compromiso para los 1.000 euros a 1 de enero de 2022.

Por tanto, asoma un nuevo enfrentamiento entre la vicepresidente primera y su homóloga segunda, después de que Díaz haya impuesto sus criterios mínimos.

Calviño pierde influencia en el diálogo social

Coincide con cierto declive del diálogo social y de la influencia de Calviño en él. Además, la titular de Asuntos Económicos parece alejarse de la cercanía que antes se visualizaba con Pedro Sánchez.

Tal vez sea porque Calviño ya sólo es necesaria por el vínculo con Bruselas, algo que también pesaba en su relación anterior con el presidente.

Así, mientras que la ministra de Trabajo gana enteros ante Sánchez, Calviño parece que los pierde. Y eso que Díaz cada vez se acerca más a los sindicatos y se aleja del empresariado.

Sánchez más cerca de Díaz por motivos electorales

Con todo, esa cercanía con el presidente puede explicarse por el don de gentes de la titular de Trabajo, claro está. Sin embargo, podría estar pesando más la necesidad de Sánchez de demostrar ante el electorado socialista el éxito de la coalición con Unidas Podemos.

No se puede olvidar que ahora se notará con toda rotundidad la recuperación económica, pero hay que sacar adelante los Presupuestos. Para ello, obviamente, necesita a los morados y la ministra de Trabajo es la baza más fuerte de la formación que lidera Ione Belarra.

La cuestión económica parece encauzada ahora que han llegado los fondos europeos, por lo que toca encauzar la política. Y eso es algo que sólo se puede encaminar con acciones sociales y laborales para convencer a los electores que es mejor seguir por esta vía.

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