Torturan a cientos de niños en Irak

Torturan a cientos de niños en Irak

Se los acusa de estar vinculados a Estado Islámico.
Según un informe elaborado por Human Rights Watch, HRW, cientos de niños han sido detenidos y torturados por las autoridades del Gobierno de Irak y del regional del Kurdistán iraquí, acusándolos de supuestos vínculos con Estado Islámico.

En el documento, titulado Todos deben confesar: abusos contra niños iraquíes sospechosos de estar vinculados con Estado Islámico en Irak, HRW denuncia que las acusaciones contra los menores son en numerosas ocasiones dudosas y que las confesiones se han obtenido mediante torturas. Asimismo, indica que las autoridades turcas y el Gobierno central de Irak arrestan y procesan a niños por su supuesta relación con este grupo terrorista utilizando torturas para conseguir confesiones y, así, condenarlos a prisión en juicios “acelerados e injustos”.

Según el derecho internacional, recuerda esta organización humanitaria, reconoce a los niños reclutados por grupos armados como víctimas y determina que tienen que ser rehabilitados y reintegrados en la sociedad. “Los niños acusados de vinculación con Estado Islámico están siendo detenidos y con frecuencia torturados y procesados, independientemente de su nivel real de implicación con el grupo”, denuncia Jo Becker, directora de Defensa de los Derechos de los Niños de HRW. Añade que “este enfoque ampliamente punitivo no es justicia y creará unas consecuencias negativas de por vida para muchos de estos niños”.

Los menores, una vez que salen en libertad, temen volver a casa porque han sido señalados como miembros de Estado Islámico y estarían expuestos a ser víctimas de ataques de represalia. Asimismo, los que fueron detenidos por autoridades kurdas iraquíes tienen miedo de ser arrestados con las fuerzas federales si vuelven a territorios bajo el control de Gobierno central. En este sentido, Becker alerta de que “este estigma puede llevar a una separación permanente de sus familias y de su comunidad”.

A veces, simplemente son vinculados al grupo terrorista porque milicianos de Estado Islámico, relatan, se habían llevado su identificación para pagarle porque les había servido en un restaurante de Mosul. En otras ocasiones, porque, tan solo, tienen el mismo nombre que un sospechoso del grupo terrorista. “En muchos casos, los vecinos denuncian a personas por implicación con el Estado Islámico con escasas o nulas pruebas o por rencillas personales”, advierte HRW.

La organización de defensa de los derechos humanos calcula que, entre las autoridades federales y las kurdas, alrededor de 1.500 niños permanecían detenidos a finales de 2018 y, según las autoridades de Bagdad, al menos, 185 niños extranjeros han sido condenados por terrorismo y sentenciados a penas de cárcel.

El pasado noviembre, HRW entrevistó a 29 personas que fueron detenidas cuando eran niños y a los familiares de otros menores que fueron arrestados por las autoridades iraquíes, todos ellos por una supuesta vinculación con Estado Islámico. De todos los niños entrevistados y que reconocieron haber estado vinculados al grupo terrorista, la mayoría dijo que se unieron a este por razones económicas, presiones familiares o de allegados, escapar de problemas familiares o ganar estatus social. Algunos trabajaron como cocineros, conductores o guardias. Otros menores dijeron no tener relación alguna con Estado Islámico, pero reconocieron que tenían familiares en la organización.

Asimismo, 19 de los 29 niños y adolescentes denunciaron haber sido torturados, siendo agredidos con tuberías de plástico y cables y porras eléctricas, así como con descargas eléctricas o siendo obligados a mantener posiciones físicas prolongadamente.

Según relató uno de los adolescentes, los policías le decían: “Tienes que decir que estabas con Estado Islámico. Incluso aunque no lo estuvieras, debes decirlo”. Otro menor confirmó que fue golpeado por policías federales y que lo colgaron del techo atándole con los puños detrás de la espalda. Según contó, le dijeron que, si negaba su confesión ante el juez, le volverían a torturar. Otros niños relataron al juez que su confesión había sido conseguida mediante torturas, pero los ignoró.

HRW insiste en que tanto el Gobierno federal como el Ejecutivo regional kurdo deben reformar las leyes antiterroristas. “Deberían liberar a todos los niños que no han cometido delitos y garantizar su rehabilitación e integración. Los niños que puedan haber cometido delitos violentos deberían ser tratados de acuerdo con los estándares de justicia juvenil internacional. Las autoridades deberían poner fin al empleo de la tortura, investigar a los responsables y hacerles rendir cuentas”, destacan.

Becker asevera que “el duro trato de las autoridades federales de Irak y del Kurdistán iraquí parece más una venganza ciega que justicia por los crímenes de Estado Islámico. Los niños implicados en conflictos armados tienen derecho a la rehabilitación y la reintegración, no a la tortura y la prisión”, zanjó.

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