Un punto de inflexión en relación a Sánchez, es en lo que se ha resumido la reunión de hoy con los representantes autonómicos. Desde las comunidades autónomas se empieza a pensar, tímidamente, cómo será la “desescalada” de las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19. Con un aumento de positivos del 3%, Sánchez manifiesta que la pandemia se está “controlando”.
A pesar de ello, el jefe del Ejecutivo señala que las medidas no se han de relajar, puesto que aún no ha comenzado la “desescalada”. Así pues, la ciudadanía ha de permanecer en confinamiento y los políticos tienen que pensar en unión.
Sánchez, además ha realizado una serie de recomendaciones para aquellos que mañana vuelvan a sus puestos de trabajo. El Gobierno, por su parte, repartirá 10 millones de mascarillas en los centros neurálgicos del transporte público.
El jefe del Ejecutivo ha vuelto a insistir en la necesidad de un gran “pacto para la reconstrucción económica y social”. Similar a los Pactos de la Moncloa. Contará con los presidentes autonómicos, “que deben estar presentes en este acuerdo junto con partidos políticos, agentes sociales e instituciones de la vida política española”. El presidente ha dicho que es una “propuesta que hacemos de corazón y sincera”.
Sin embargo, ha habido suspicacias. Por ejemplo, Quim Torra, presidente de la Generalitat, ha dicho a Sánchez que es una temeridad la vuelta al trabajo de algunas actividades. Según Torra, el confinamiento total debería durar más tiempo, tal como le ha manifestado a Sánchez.
Por ello, el president ha pedido a Sánchez que “reconsidere” su decisión. Basándose en criterios científicos, amenazando a Sánchez con que Cataluña tomará “sus propias medidas”. “Vamos a tomar las decisiones que sean necesarias para que nuestros ciudadanos estén seguros”, ha matizado Torra.
El presidente catalán ha coincidido con Urkullu en considerar que existe falta de planificación del Ejecutivo. Acusando a Sánchez de deslealtad, puesto que en las reuniones se tratan asuntos que ya han sido filtrados.
que viene el lobo, que viene el tonto