“Todo es posible en Italia”, por Alfredo Liébana Collado.

Alfredo Liébana Collado.

Algunos datos complementarios sobre las elecciones italianas de septiembre de 2022.

En primer lugar, no hay que olvidar que la victoria de Giorgia Meloni se produce en un contexto de máxima abstención: no votaron 17 millones de personas (el 36% del electorado). En las regiones del sur, la abstención supera en todas partes el 40% (en Calabria se acerca al 50%). En las zonas obreras de la periferia de Nápoles y Roma, por ejemplo, es del 44% y del 56% respectivamente, mientras que en los municipios centrales de ambas ciudades es del 61% y del 72%.

En segundo término, el reparto territorial de los resultados es desigual. En el centro de Roma, el PD es el principal partido (27%), Fratelli d’Italia (FdI) de Giorgia Meloni está por debajo de la media nacional (23%) y Azione, de Carlo Calenda (liberal socialista, escisión del PD), recoge el 16%; mientras que en los suburbios del sureste, FdI alcanza el 32%, el PD está por debajo de la media nacional (19%) y Azione no llega al 6%.

Y, por último, las ventajas de acudir en coalición. La derecha, con sus 12 millones de votos, solo representa el 26,6% del electorado expresado en las urnas. Sin embargo, gracias a la división de la oposición eligió a casi el 60% de los diputados y senadores. Según la encuesta del instituto SWG, la abstención entre los trabajadores alcanzó el 45%; las listas más votadas en este sector social fueron las del Forza Italia y el Movimiento 5 Estrellas (M5S), y la menos votada (entre las principales listas) fue Azione (21 diputados y 9 senadores).  Asimismo, según el mismo estudio, en el electorado «con más dificultades económicas», la abstención alcanzó el 46%, los partidos más votados fueron el FdI (29%) y el M5S (21%) y el menos votado Azione (2%). La coalición de derechas solo obtuvo 200.000 votos más que en el anterior proceso electoral.

 

La evolución del resultado global respecto a las anteriores elecciones:

Fratelli (FDI) tiene un gran aumento: desde el 2% (en 2013), al 4 (2018); y alcanza en 2022 el mejor resultado de todos los grupos, el 26 %.

El PD pasa del 25,5 en 2013 al 19 %. Experimenta un estancamiento en los dos últimos procesos; en el 2008 fue cuando obtuvo su mejor resultado, el 33%. Ha sufrido también varias escisiones y cambio de denominación.

El Movimiento 5 Estrellas pasa del 25,6 en 2013 al 32,7% en 2018 (su mejor resultado), y al 15,3 en 2022. En definitiva, tras varias escisiones y absorciones, como la lista de Conte que antes estaba con el PD, ha quedado como tercera fuerza. Presenta muchas oscilaciones y una fuerte bajada en el último proceso.

La Liga Norte ha oscilado desde el 4% en 2013 (su resultado más bajo), al 17,3 en 2018, hasta el 8,8% en el 2022. Vuelve, por tanto, al porcentaje de 1994. Había estado oscilando desde el 5 al 10 % en la serie histórica. Podría decirse que se estanca de nuevo en los valores históricos.

Forza Italia de Berlusconi ha ido cayendo en picado desde el 2008 cuando obtuvo el 37,4%, luego el 21,6, el 14 y el 8,1 sucesivamente, hasta este último proceso como cuarta fuerza.

Por lo anteriormente visto, se puede deducir que la derecha gana gracias al fuerte aumento de Fratelli, pues los otros dos grupos de la coalición caen apreciablemente. En la izquierda, el PD se mantiene, pero el Movimiento 5 estrellas sufre un descenso significativo. Además, aparecen nuevos grupúsculos con presencia en zonas locales.

Fratelli es la lista más votada en todas las circunscripciones excepto una del sur de Italia (la región metropolitana de Nápoles) donde vence el Movimiento 5 estrellas. Hay, por tanto, un fraccionamiento regional muy acusado en todas las listas, especialmente en las de este último.

En conjunto, puede apreciarse que todos los grupos políticos en Italia con frecuencia se fragmentan y se unen en los procesos electorales por diferencias entre sus líderes o por las relaciones con el resto de los grupos.

Este jueves 13 de octubre, han sido elegidos los presidentes del Congreso y del Senado italianos:

 

 

La presidencia del Senado, el segundo cargo más importante del Estado, la ostenta, Ignazio La Russa, un miembro de Fratelli, diputado desde 1992. A pesar de que el grupo de Berlusconi se ausenta o vota en blanco, lo que augura una posible separación futura, la votación se gana gracias a la trasferencia de votos de la oposición, probablemente del grupo de Matteo Renzi; se necesitaban 104 votos y obtiene 116. Llama la atención la fuerte paradoja histórica de que la presidencia provisional fuera ocupada por una víctima judía del fascismo, Liliana Segre; mientras que la definitiva lo haya sido por alguien que en sus orígenes perteneció al partido fascista, cuyo segundo nombre es Benito en honor al dictador, y que colecciona sus retratos.

En la Cámara de diputados se elige presidente a un representante de la Liga de Salvini, Lorenzo Fontana, siendo necesaria cuatro votaciones ya que se necesitaban inicialmente dos tercios de votos.

 

 

¿Qué futuro tiene la oposición? Fragmentarse más… Cada uno de los cuatro bloques está sumido en la discusión de las propuestas de futuro para las elecciones europeas, algunos sueñan con hacerse con la mayoría con lo que persistirán en la división. Además algunos de los pequeños quieren llegar a acuerdos con el gobierno como Renzi, luego la oposición no actuará de forma unida. En Italia son en la Cámara 400 diputados y en el Senado 200 senadores. La oposición son 158 diputados y 79 en el Senado. Matteo Renzi de Azione y Carlo Calenda de Italia Viva aspiran a sustituir al PD en el liderazgo de la oposición, ellos lo llamaban Terzo polo.

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