En un hospital de Kabul tuvo lugar un atentado en el que fallecieron 24 personas. Frederic Bonnot, coordinador de proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF), ha denunciado que fue un ataque deliberado para “matar a las madres”. En referencia a las mujeres que permanecían ingresadas en la maternidad del hospital.
Bonnot ha contado: “Volví un día después del ataque y lo que vi en la maternidad demuestra que fue un tiroteo sistemático contra las madres que allí se encontraban”. “Pasaron por las habitaciones de la maternidad, disparando a las mujeres mientras ellas estaban en sus camas. Fue metódico. Las paredes están salpicadas de balas, había sangre en el suelo de las habitaciones, vehículos quemados y ventanas con disparos”.
MSF, que apoya el hospital de Kabul desde hace seis años, ha asegurado que había 26 mujeres ingresadas cuando tuvo lugar el atentado. Diez de ellas, consiguieron encontrar un lugar seguro en unas habitaciones del hospital.
“Ninguna de las 16 madres que permanecieron expuestas al ataque se salvó: once fueron asesinadas, tres de ellas en la sala de partos con sus bebés no nacidos y otras cinco resultaron heridas. Entre los muertos hay dos niños y una comadrona afgana de MSF”, ha informado MSF, en un comunicado.
Dos bebés heridos en el atentado al hospital de Kabul
En el atentado del hospital de Kabul resultaron heridos dos bebés, además de tres trabajadores de Médicos Sin Fronteras.
“Los atacantes, cuyo número aún se desconoce, irrumpieron en el hospital por la puerta principal poco después de las 10 de la mañana. Había otros edificios y salas más cerca de la entrada pero, según el testimonio de personal de MSF presente en el momento del ataque, los asaltantes fueron directamente a la sala de maternidad apoyada por MSF”, ha manifestado.
Según la ONG, el atentado fue “cuatro horas de infierno”, en las que pacientes y trabajadores trataron de salvar su vida. “Durante el ataque, desde la habitación segura escuchamos disparos por todas partes y explosiones también”, ha contado Bonnot.
“Es impactante. Sabemos que este área ha sufrido ataques en el pasado, pero nadie podía creer que atacarían a una maternidad. Vinieron a matar a las madres”, ha dicho Bonnot. En el hospital de Kabul se encontraban trabajando, en el momento del atentado, 102 trabajadores locales de MSF. “Este país está tristemente acostumbrado a presenciar eventos horribles”. “Pero no hay palabras para describir lo que sucedió el martes”, ha subrayado.