Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los combates entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) ya dejan más de 410 muertos.
Un portavoz de la OMS confirma que las autoridades sanitarias sudanesas hablan de “413 muertos y 3.551 heridos desde el estallido de los combates”.
Y ello a pesar del primer alto el fuego de 24 horas acordado entre ambos bandos y el posterior de 72 horas unilateral por parte de las RSF. Los paramilitares decretaron este último con motivo del Eid al Fitr, el fin del mes de Ramadán.
“Los continuos ataques contra el sistema sanitario en Sudán son inquietantes”, ha señalado en Twitter Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general del organismo.
Antes, el Ministerio de Sanidad sudanés alertó de que la atención sanitaria se encontraba al borde del “colapso” total debido a los combates.
En ese sentido, Tedros advierte de que “estos condenables actos de violencia no sólo ponen en peligro la vida de los trabajadores sanitarios. Privan de una atención médica esencial a personas vulnerables”.
Por ello, ha insistido en que “los combates en Sudán deben terminar de forma inmediata”.
Además, el Comité Central de Doctores de Sudán denuncia ataques contra instalaciones sanitarias en Jartum, la capital, y en otras localidades.
De hecho, más de la mitad de los centros médicos de la capital y de estados limítrofes se encuentran “fuera de servicio” por las hostilidades.
Los combates comenzaron el pasado sábado tras el aumento de las tensiones en relación a la integración de la RSF en las Fuerzas Armadas sudanesas.
Dicha incorporación forma parte esencial del acuerdo firmado en diciembre para la formación de un nuevo gobierno civil y para reactivar la transición democrática.
De este modo se pondría fin al gobierno de Abdelfatá al Burhan, jefe del Ejército de Sudán, que derrocó al primer ministro nombrado ad hoc Abdalá Hamdok para dirigir el proceso democrático.
Una transición que llegaría después de la asonada de abril de 2019 que puso fin a tres décadas de dictadura de Omar Hasán al Bashir. Una revolución en la que la sociedad civil jugó un papel clave.