«Somos Aves Fénix, resurgiendo de nuestras cenizas», por Monika San Juan Virumbrales.

Monika San Juan Virumbrales.

Hace 5 años por motivos personales me tatué un Ave Fénix en la cara interna de mi brazo izquierdo.

El motivo no era otro que recordarme a mí misma todo lo que he sido capaz enfrentar y seguir adelante, somos miles las que tenemos una historia muy poco agradable en nuestra mochila de la vida.

Pues bien, hay una mujer Yolanda Veguilla que en vez de tatuarse, ha sido mucho más fuerte que yo, siendo capaz de escribir un libro.

» Ave Fénix, rumbo a Wall Street» en el que narra desde malos tratos, fisicos, psicológicos hasta abusos sexuales, que en su historia de mujer y madre de tres hijos, además de una excelente profesional llegando a un plano muy alto en su empresa, queda plasmada de una manera desgarradora.

A pesar de haber salido de esa historia de terror, nunca falta la sonrisa en su cara, su alegría de vivir, el amor a su familia pero sobre todo la ayuda a otras mujeres, para las que la integridad de la venta de su libro es destinada a ellas, para ayudarlas a ser nuevas mujeres que sepan lo que valen y lo que son capaces de enfrentar.

Una mujer marca la diferencia, mueve el mundo y además de remover conciencias, da fuerzas a otras mujeres que serán miles de Aves Fénix en este mundo de buitres descorazonados, por todo esto necesitamos muchas Yolanda Veguilla en nuestra sociedad.

Celebremos nuestro 8 de marzo hasta que deje de hacernos falta.

Un abrazo hermanas y compañeras de batalla.

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